Pachuca, Hgo. Daris Rubio, joven artista e inventora indígena hñähñu, originaria de Jacala, Hidalgo, combina tecnología con saberes ancestrales para explorar la espiritualidad, el territorio y la resistencia comunitaria, como experta en electrónica creó un prototipo robótico para evaluar la calidad del agua del río Amajac.
El ambicioso proyecto denominado Pozük’eñä, que en lengua otomí significa “víbora de cascabel” es para recolectar muestras del afluente que permitan evaluar la calidad del agua.
El nombre de su invento responde a la inspiración de la artista en la forma y movimiento de las serpientes que habitan la sierra hidalguense.
“He diseñado un sistema de propulsión capaz de transportar sensores que registran parámetros físicos y químicos del agua, cuyos resultados serán procesados en laboratorio para identificar si existe contaminación y qué sustancias podrían estar presentes en el afluente”, explicó Rubio.
Hasta ahora, ha desarrollado cinco prototipos funcionales del dron, aplicando principios de biomimética, es decir, el estudio de estructuras y procesos de la naturaleza para resolver problemas humanos de manera más eficiente, resiliente y sostenible.
La versión más reciente del modelo, detalló, busca mejorar la estabilidad, la autonomía y la capacidad de carga del dispositivo.
"Está inspirado en relatos de mi abuela, Cele, que fueron transmitidos de forma oral de generación en generación y que son muestra de la cosmovisión indígena sobre el valor espiritual de las serpientes en el río", añadió.
Aseguró que la Pozük’eñä, "es una serpiente voladora que integra principios de biomímesis y aerodinámica, adaptados al entorno rural y a su geografía”.
La artista subrayó que el proyecto no solo busca monitorear el agua, sino también unir arte, ciencia y tradiciones con la participación de niñas y niños de la región a través de talleres comunitarios. “La Pozük’eñä propone una tecnología sensible que nazca desde el territorio y se articule entre arte, ciencia y tradición. Busca ser una máquina narrativa con una visión tecnológica de la tradición hñähñu”, manifestó.
Foto 'La Jornada'
Daris Rubio también ha desarrollado otros artefactos tecnológicos con impacto social y ambiental. Años atrás construyó un molino hidráulico que colocó en la ribera del Amajac que, además de generar electricidad, por medio de embobinados, reproducía sonidos de anfibios extintos que habitaban en la zona.
Para imitar el croar de las ranas que antes habitaban en el cauce y otros sonidos, la inventora armó un circuito electrónico que protegido con resina conectó al molino para aprovechar la electricidad que generaba.
El proyecto fue presentado en la galería del Museo de la Universidad de Guanajuato, en la exposición Dejedad’e Dinzuni: El canto del río (febrero-junio de 2024).
Foto 'La Jornada'
Asimismo, creó un robot con forma de armadillo que, explicó, recolecta residuos orgánicos para convertirlos en composta.
En 2015, también diseñó el Huipil Defense, una prenda que combina textiles tradicionales con sensores electrónicos para alertar sobre los altos niveles de estrés en mujeres víctimas de violencia, aunque este invento, según denunció, fue posteriormente plagiado y modificado por una ex compañera de escuela.