El Ejército Mexicano y el Gobierno de la Ciudad de México exaltaron este lunes el pasaje histórico de la defensa de la patria y del Castillo de Chapultepec en 1847, frente a la invasión estadunidense, durante una ceremonia encabezada por el secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo, con motivo de la conclusión de los trabajos de restauración de los monumentos históricos alusivos a los Niños Héroes de Chapultepec.
El único orador en el acto, el general José Ángel García Elizalde, integrante de la Asociación Nacional del Heroico Colegio Militar, destacó que “México se ha forjado con grandes hechos de su historia” y por ello “la importancia que reviste conservar los monumentos y espacios públicos que guardan precisamente la esencia de la historia que vincula el pasado con nuestro presente, principalmente el legado de los héroes de Chapultepec”.
“(Los cadetes) dieron el último aliento luchando contra las fuerzas invasoras por defender este castillo y el honor de nuestra patria”, dijo el general desde la Primera Sección del Bosque de Chapultepec.
La restauración se enfocó en tres monumentos emblemáticos en Chapultepec: el Obelisco a los Niños Héroes, la Rotonda y el histórico árbol ahuehuete conocido como “El Sargento”. Destacan la realización de seis retratos de los cadetes conocidos como “los niños héroes”, trabajo que estuvo a cargo del pintor mexicano Abraham Galicia Guerrero.
El artista dijo a 'La Jornada' que el requisito para las obras fue que se hicieran reproducciones de los caballetes originales, ya que con el tiempo se había ido modificando la imagen de cada uno.
"Y lo que se buscó es ir a la versión más original y fidedigna apegada al tiempo, que fue la del pintor que lo realizó en ese momento”, comentó.
También destacó la importancia de mantener viva la memoria de relatos históricos de México, sobre todo frente a la retórica que maneja actualmente el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. "Mi opinión personal es que este tipo de historias, relatos históricos debe ser reivindicado ahorita ante lo que nos estamos encontrando: la relación con Estados Unidos, la amenaza de una invasión, me parece que este tipo de afirmaciones en estos tiempos está muy bien, son relatos que no se deben olvidar, en algún momento fueron muy cuestionados si es verdad o es mentira, pero me parece que eso ya no importa, simbólicamente como pueblo creo que se deben exaltar ese tipo de historias, de honor, de orgullo”, dijo.
La restauración
Las labores estuvieron a cargo de 12 oficiales y 148 elementos de tropa, quienes realizaron acciones de conservación y mejora en cada uno de estos espacios.
El Obelisco a los Niños Héroes, construido en 1881 por el ingeniero y arquitecto Ramón Rodríguez Arangoiti —ex cadete del Colegio Militar y combatiente en 1847—, fue objeto de una renovación completa del piso de mármol. Además, se dio mantenimiento a la cantera de la barda perimetral, la reja metálica, la puerta de acceso y al propio obelisco central, con el fin de preservar su valor histórico.
En la Rotonda a la memoria de los Niños Héroes, un monumento levantado en 1970, se reemplazaron los seis basamentos originales de 50 centímetros de altura por nuevas estructuras de dos metros, elaboradas en concreto armado y forradas con cantera. Sobre ellas se colocaron pinturas de los Niños Héroes.
Para reforzar la seguridad se instaló una reja perimetral metálica tipo Chapultepec y, para realzar su presentación en paseos nocturnos, se colocó iluminación en cada basamento. Los bolardos y cadenas originales se conservaron y recibieron mantenimiento.
Respecto al árbol “El Sargento”, ubicado en una glorieta del conjunto arquitectónico de la Tribuna Monumental, se retiró el concreto asfáltico que lo rodeaba y se sustituyó por una superficie de adoquín delimitada con guarniciones de concreto armado, con lo que se mejoró su entorno y protección.