Eduardo Sugar Núñez pasó de entrenar en los gimnasios locales de Sinaloa a lograr su primera defensa del título mundial superpluma de la Federación Internacional de Boxeo. Lo hizo precisamente en Los Mochis, su tierra, rodeado de personas a las que conoce desde sus primeros combates a nivel amateur y con una exhibición magistral ante el puertorriqueño Christopher Pitufo Díaz, al que derrotó por decisión unánime (117-109, 117-109 y 116-110 en las tarjetas) tras 12 rounds completos.
Núñez aprovechó un tropiezo de Díaz en el séptimo, luego mostró un amplio repertorio de golpes que maltrató el semblante de su rival y lo obligó a administrar energía para llegar de pie al desenlace. El cierre hizo emocionar a cientos de personas en el Centro de Usos Múltiples de Los Mochis, donde se vieron ganchos, combinaciones efectivas de ambos peleadores, pero sobre todo el ímpetu de un campeón que se negó a perderlo todo en la ciudad que más conoce.
Sus amigos en Sinaloa conocen lo conocen por su poder de puños, pero la victoria que consiguió en Japón, en un combate en el que derrotó al local Masanori Rikiishi por decisión de los jueces, marcó un antes y un después en su carrera. Con ese triunfo se enfundó el cinturón mundial superpluma de la FIB y entró ayer en el círculo selecto de campeones que defienden su corona contra rivales de otra nacionalidad.
“Sé que aún me queda mucho camino, pero quiero dar un buen ejemplo a los niños y a la gente en general”, dijo el monarca sinaloense. Su récord ahora es de 29 victorias -27 por la vía del nocaut- y sólo una derrota.