México y Estados Unidos trazaron una nueva ruta de cooperación en seguridad enfocada en “desmantelar” a los cárteles, contrarrestar el tráfico de drogas y armas, y atender la migración irregular.
En un comunicado conjunto, en el que dan cuenta del entendimiento bilateral, señalan que se desarrollarán acciones “específicas e inmediatas” para garantizar una frontera segura.
Ayer, los gobiernos de ambos países pactaron el Programa de cooperación sobre seguridad fronteriza y aplicación de la ley, el cual “se basa en los principios de reciprocidad, respeto a la soberanía e integridad territorial, responsabilidad compartida y diferenciada, así como en la confianza mutua”.
Los compromisos alcanzados se presentaron en el contexto de la primera visita oficial a México del secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio.
Son resultado de varios meses de continuas negociaciones entre los equipos de los presidentes Claudia Sheinbaum Pardo y Donald Trump, esto a partir de la nueva dinámica bilateral instaurada con la estrategia del magnate contra los grupos de la delincuencia organizada –que incluye su designación como “organizaciones terroristas”– y sus políticas antimigratorias, así como de los amagos de imponer aranceles a manera de presión para que el gobierno mexicano reforzara sus medidas contra los cárteles y para detener los flujos migratorios.
El representante de la Casa Blanca y su comitiva se reunieron ayer por la mañana con la mandataria y funcionarios del gabinete durante hora y media en Palacio Nacional. Inmediatamente después del encuentro, las dos administraciones dieron a conocer el documento conjunto con parte del contenido del entendimiento.
“El objetivo es trabajar juntos para desmantelar el crimen organizado trasnacional mediante la cooperación reforzada entre nuestras respectivas instituciones de seguridad nacional, cuerpos de seguridad y autoridades judiciales”, subrayaron.
Como parte de los acuerdos, externaron, se dará atención al “movimiento irregular de personas a través de la frontera”.
La cooperación, señalaron, se ejecutará mediante acciones “específicas e inmediatas”, con las cuales se fortalecerá la seguridad a lo largo de la frontera compartida; pretende detener el tráfico de fentanilo y otras drogas ilícitas, y poner fin al paso ilegal de armas.
Con el fin de evaluar los avances, convinieron el establecimiento de un grupo de alto nivel que se reunirá periódicamente para dar seguimiento a los compromisos mutuos y las acciones tomadas dentro de sus propios países.
Cada nación desarrollará acciones dentro de sus propios territorios, las cuales incluirán “medidas para contrarrestar a los cárteles, fortalecer la seguridad fronteriza, eliminar los túneles fronterizos clandestinos, abordar los flujos financieros ilícitos, mejorar la colaboración para prevenir el robo de combustible e incrementar las inspecciones, investigaciones y procesos judiciales con la finalidad de detener el flujo de drogas y armas”.
México y Washington afirmaron que la estrecha colaboración que han mantenido en los primeros meses de las dos nuevas administraciones “nos ha permitido asegurar la frontera, reducir el tráfico de fentanilo y avanzar en el intercambio de inteligencia, todo dentro de nuestros respectivos marcos legales”.
Expresaron su compromiso de fortalecer aún más la colaboración en materia de salud pública y coordinar campañas dirigidas a los ciudadanos de cada nación para prevenir el abuso de sustancias ilícitas y los opioides.
“Ambos gobiernos reafirman su determinación de cooperar, proteger a nuestros ciudadanos y hacer que nuestras comunidades sean más seguras.”