Ciudad de México. El sector azucarero enfrenta una de las peores crisis en los últimos 25 años, con una caída en los precios por tonelada derivado de la importación de 700 mil toneladas del endulzante procedente de Centroamérica que “evaden aranceles”, así como de mil 300 toneladas de alta fructuosa.
Así lo advirtió Lorenzo Pale Mendoza, dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República Mexicana (STIASRM), quien afirmó que esta situación ha repercutido económicamente en los 41 ingenios del país, así como en los productores y cañeros.
En conferencia de prensa, consideró que el impuesto que se paga por esas importaciones es “muy bajo”. Detalló que actualmente el gravamen asciende a 360 dólares por tonelada, pero se requiere que sea de 720 dólares por tonelada “para poder competir con los precios” de la materia proveniente de Centroamérica.
Al afirmar que junto con los cañeros defenderán la industria mexicana, el dirigente sindical mencionó que se están llevando a cabo pláticas con las secretarías de Economía y de Agricultura para detener el ingreso del endulzante, porque -aseguró- nuestro país es autosuficiente en la producción del mismo.
El STIASRM denunció también malas prácticas en la importación de azúcar desde el sur del país, ya que entra mezclada con aserrín, carbón y harinas, y una vez que ingresa a México, es reprocesada y embolsada en sacos por algunos ingenios que “no están debidamente registrados”.
En este sentido, Saúl Medina, integrante del comité ejecutivo del sindicato, apuntó que la situación está generando un excedente al interior del país, lo cual además de depreciar el precio del azúcar nacional, las bodegas de los ingenios están llenas.
“La azúcar que se mezcla es la que indebidamente, por malas prácticas, han importado empresarios, de Centroamérica hacia México”, mencionó.
Aunque no precisó la cantidad, indicó que de los 5 millones de toneladas anuales de producción nacional de azúcar, “un gran porcentaje” está guardado sin poder vender.
De igual forma, los dirigentes sindicales denunciaron que existe una campaña para estigmatizar el consumo del azúcar, pese a que es inocua y se produce en el campo mexicano.
“Es importante diferenciar eso porque esas han sido malas prácticas que han generado un excedente al interior del país y por lo tanto han un efecto negativo que nos ha llevado a los industriales a tener bodegas llenas, porque no tienen venta de su azúcar. El azúcar que entró de Centroamérica, que no pago aranceles, hoy se está vendiendo y circulando por encima de la producida en el país”, subrayó Medina