Hermosillo, Son. Julio César Chávez Carrasco, conocido como Julio César Chávez Jr., fue vinculado a proceso por delitos de delincuencia organizada y tráfico de armas, aunque le fue concedida la medida cautelar de libertad condicional, por lo que deberá presentarse ante las autoridades de manera periódica, aunque en paralelo enfrenta una investigación de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), el juicio.
La determinación fue tomada por el juez federal Enrique Hernández Miranda, quien concluyó que las pruebas presentadas por la Fiscalía General de la República (FGR) son suficientes para abrirle proceso penal, ya que coinciden con denuncias recabadas tanto en México como en Estados Unidos desde 2019 y se sustentan en testimonios con nombre, fecha y lugar que lo relacionan con el grupo criminal señalado.
“El día de hoy será puesto en libertad, porque la fiscalía no justifico que deba continuar privado de su libertad para el proceso, pero le impusieron unas medidas muy estrictas que las va seguir al pie de la letra. El pueblo mexicano tiene derecho a saber que mi representado (Chávez Jr.) le interesa en seguir este proceso para llevarlo a su conclusión y sin lugar a duda de nadie, soterrar estas especulaciones y demostrar que no tiene culpabilidad alguna”, expuso Rubén Fernández Benítez, abogado de Chávez Carrasco.
La resolución se dio durante la continuación de su primera audiencia judicial, celebrada mediante videoconferencia desde el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 11 de Hermosillo, a solicitud de las autoridades penitenciarias para resguardar la seguridad del boxeador.
El hijo del legendario campeón mundial de boxeo compareció con la misma ropa que llevaba en el momento de su extradición desde Estados Unidos: una camisa tipo polo moteada en negro, azul y blanco, pants oscuros y tenis rojos. Estuvo acompañado por sus tres abogados defensores (Alejandra Payán Navarrete, Rubén y Marco Antonio), quienes argumentaron que de los 21 datos de prueba presentados por la FGR, únicamente nueve lo mencionan de manera directa.
Entre las pruebas más relevantes se encuentran escuchas telefónicas en las que personas no identificadas lo vinculan con Néstor Isidro Pérez Salas, alias El Nini, jefe de seguridad del cártel de Sinaloa. Asimismo, un informe de la DEA lo señala como sujeto de investigación, aunque la defensa cuestionó su validez al considerarlo un documento diplomático sin efectos jurídicos en México.
El expediente también integra órdenes de intervención de comunicaciones y grabaciones en las que supuestamente se le menciona como cercano a El Nini. En una de ellas, un individuo identificado como Marx lo describe como aliado de Pérez Salas e incluso lo ubica participando en actos violentos por instrucción del capo. Como evidencia material, se presentó el hallazgo de una bata de boxeo de Chávez Jr. en una propiedad cateada que pertenecía a Pérez Salas.