Ciudad de México. En vísperas del término de la gestión del doctor José Antonio De los Reyes Heredia, rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), académicas y académicos organizados, por medio de un pronunciamiento, realizaron diversos señalamientos sobre lo ocurrido en el cuatrienio.
Los profesores de la Casa de estudios señalan en el escrito que en la gestión que está por acabar “se afectó nuestra economía e incurrió en una grave falta laboral al no pagar un trabajo ya devengado. Esto ocurrió cuando en 2023 y 2024 el rector general disminuyó arbitrariamente en 80 por ciento el pago del Estímulo a la Docencia e Investigación (EDI), y en este año 2025 simplemente canceló el pago.”
Las y los académicos afiliados al Sindicato Independiente de Trabajadores de la UAM (Situam), indican que lo anterior sucedió pese a que la Secretaría de Hacienda trasladó los recursos para que éste se pagara conforme a lo acordado por años con el personal académico que ingresaba la respectiva solicitud” y remarcaron que “los estímulos y nuestras becas forman parte del salario de los académicos, aunque los representantes de la UAM no lo hayan querido integrar y reconocer.”
Añaden que no hubo solución a los reclamos sobre una jubilación digna, pues actualmente al retirarse, en promedio, los profesores pierden alrededor de dos terceras partes de sus ingresos actuales estando activos.
“Esto pese a que la jubilación digna para el sector académico, ha sido una demanda laboral histórica del Situam. Contrario a una respuesta positiva, esta administración universitaria nos violentó institucional y psicológicamente, cuando en los hechos nos responsabiliza frente a la comunidad universitaria de obstaculizar el denominado recambio generacional de la planta de profesores”.
Sostienen que la UAM está sumida “en un clima de violencia de género y violencia e inestabilidad institucional al no actuar asertiva e institucionalmente en el marco de los conflictos y pugnas dentro de las comunidades académicas, aprobando en lo hechos campañas de odio, linchamientos políticos, comportamientos de exclusión y discriminación contra miembros académicos que se distinguen por ser independientes a las mafias académicas o por su activismo sindical.”
Consideran también que existe “inestabilidad institucional”, lo que afecta su labor docente y la administración oportuna de los planes de estudio, “llevándonos a sobrecargas de trabajo y ciclos escolares compactados.”
Aseveran que la administración no ha sabido tratar ni atender las demandas de las estudiantes feministas, ni del alumnado en general. “Ha habido toma de edificios y paros en la Unidades académicas e inconformidad permanente entre el alumnado y el profesorado durante toda esta administración.”
Abordan también la elaboración de instructivos, reglamentos y medidas de facto en las Unidades Académicas nos han impuesto. Recientemente hubo un paro en la Unidad Azcapotzalco debido a la expedición de un instructivo de segurida que fue abrogado, finalmente y advierten que en el plantel Iztapalapa, “ya lo hicieron y sigue vigente”, con instalación de “torniquetes, cámaras y vigilantes de confianza.”