Denver. No esta vez. Nikola Jokic recibió mucha ayuda de sus compañeros y el aumento en la producción ofensiva de Denver continuó para desembocar el sábado en una paliza de 120-101 a los atónitos Clippers de Los Ángeles en un desigual séptimo partido.
Los Nuggets ostentaron una ventaja por hasta 35 puntos. La mayor paliza propinada por la franquicia en un encuentro de vida o muerte no compensará lo ocurrido el año pasado, cuando Denver desperdició una ventaja de 20 puntos en el cuarto periodo ante Minnesota en casa, en el séptimo partido de su serie de la segunda ronda. Pero ciertamente exorcizó algunos de esos demonios.
"Se siente bien", dijo el entrenador interino de los Nuggets, David Adelman. "Pero también sé que volamos a Oklahoma mañana".
Los Nuggets, cuartos en la Conferencia Oeste, avanzaron para enfrentarse en la semifinales correspondientes al Thunder de Oklahoma City, primer preclasificado, que barrió a Memphis en la primera ronda y ha tenido una semana de descanso antes de la serie de que comienza el lunes por la noche.
Recientemente, cuando Adelman le recordó a un amigo que la recompensa por sobrevivir a esta dura serie con los Clippers era una cita con el equipo que tuvo el mejor récord de la NBA con 68-14, su amigo respondió que lo que realmente esperaba al ganador era un equipo de 72-14 .
"De acuerdo, eso es correcto", respondió Adelman; "aprecio eso, hermano".
Los equipos dividieron su serie de temporada 2-2, y si Denver puede reproducir su esfuerzo del sábado por la noche, la próxima serie también podría ser reñida.
Jokic contabilizó 16 puntos, diez rebotes y ocho asistencias en 33 minutos, pero para variar fue eclipsado por sus compañeros . Aaron Gordon lideró a Denver con 22 puntos, Christian Braun tuvo 21, Jamal Murray y Russell Westbrook aportaron 16 cada uno y Michael Porter Jr. anotó 15.