Washington. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, criticó este miércoles al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM) por dedicar “una cantidad desproporcionada de tiempo y recursos a trabajar en el cambio climático, el género y los asuntos sociales”, lo que calificó de agendas “desenfocadas” y les pidió que se centren en “su propósito”.
“La administración Trump desea trabajar con ellos, siempre que se mantengan fieles a sus misiones”, dijo Bessent, en un discurso ante el Instituto de Finanzas Internacionales, donde agregó que el FMI debería centrarse en la cooperación monetaria mundial y la estabilidad financiera.
Aunque el Fondo Monetario Internacional y el BM desempeñan un papel fundamental en la economía mundial, “con el statu quo, se están quedando cortos”, afirmó Bessent al margen de las reuniones de primavera de estas organizaciones financieras en Washington.
Unos comentarios en un momento de gran preocupación ante la hipótesis de que el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump se retire de ambas instituciones.
Bessent consideró que el FMI dedica “un tiempo desproporcionado” al cambio climático, el género y otros temas sociales.
El Banco Mundial, afirmó, debería focalizarse en funciones básicas como ayudar a los países en desarrollo a hacer crecer sus economías, reducir la pobreza e impulsar la inversión privada.
Tras su discurso Bessent informó a periodistas de que se ha reunido con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, y el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga.
Las declaraciones “no fueron una sorpresa para ellos”, declaró. “Creo que son buenos líderes, y espero que se ganen la confianza de la administración en los próximos meses con sus acciones”, agregó Bessent. “Deben dar un paso atrás en sus agendas dispersas y desenfocadas”.
EU presionará para que los organismos cumplan con sus importantes mandatos
Pidió que el FMI sea más duro con los prestatarios porque el Fondo “no tiene la obligación de prestar a países que no aplican reformas”.
“La estabilidad económica y el crecimiento deberían ser los indicadores del éxito del FMI, no la cantidad de dinero que presta la institución”, afirmó.
Un portavoz del FMI declaró a periodistas que el Fondo espera seguir colaborando con el gobierno estadounidense.
En cuanto al Banco Mundial, Bessent afirmó que el grupo tampoco debería “seguir esperando cheques en blanco”. Cree que podría utilizar los recursos de forma más eficiente ayudando a los países emergentes a impulsar el acceso a la energía con “tecnologías fiables” en lugar de perseguir “objetivos de financiación climática distorsionadores”.
Esto podría significar invertir en la producción de gas y otras energías basadas en combustibles fósiles, dijo. Pero alabó los esfuerzos del banco por eliminar las restricciones al apoyo a la energía nuclear.
El funcionario afirmó que el gobierno de Trump “aprovechará el liderazgo e influencia de Estados Unidos en estas instituciones y las presionará para que cumplan con sus importantes mandatos”.
A pesar de las críticas, el apoyo de Bessent al FMI y al Banco Mundial fue un alivio para los banqueros de desarrollo y analistas, quienes en parte esperaban un anuncio de la retirada de Estados Unidos de las organizaciones.
Aunque dijo que el FMI y el Banco Mundial están “quedándose cortos”, se abstuvo de pedir que Estados Unidos se retire de esas instituciones, como algunos conservadores han defendido en una propuesta del Proyecto 2025, creada por la Fundación Heritage.
Sostuvo que las instituciones “desempeñan roles críticos en el sistema internacional. Y la Administración Trump está ansiosa por trabajar con ellas, siempre que puedan mantenerse fieles a sus misiones”.
El pasado octubre, Jay Shambaugh, ex subsecretario de asuntos internacionales, aludió a una propuesta del Proyecto 2025 para que Estados Unidos se retire del FMI y el Banco Mundial si Donald Trump ganaba las elecciones generales de 2024. Shambaugh dijo en ese momento que, sin el liderazgo de Estados Unidos, “tendríamos menos influencia y debilitaríamos estas instituciones. No podemos permitirnos eso”.
Por otro lado consideró “absurdo” que China siga siendo considerado un país en desarrollo y dijo que no le preocupa que el FMI haya bajado sus perspectivas de crecimiento para Estados Unidos.