Ciudad de México. Fomento Económico Mexicano (Femsa) anunció el pasado 27 de febrero que planea solicitar una licencia bancaria a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) para expandir los servicios financieros de Spin, que es la plataforma de pagos digitales de OXXO, destacó Moody’s en un reporte.

La calificadora destacó que la aprobación de la licencia bancaria sería negativa para los nuevos participantes y las empresas de tecnología financiera que operan dentro del sistema financiero mexicano.

“Esto se debe a que Spin by Oxxo atiende a la misma base de clientes de los bancos tradicionales y neobancos”, expuso.

Agregó que OXXO comenzará a ofrecer sus productos y operaciones bancarias en un entorno económico menos favorable, con una desaceleración anticipada presionada por las tensiones en las políticas estadounidenses, lo que probablemente limitará las expectativas de crecimiento y sus perspectivas de rentabilidad a medida que aumenta la competencia.

Moody’s planteó que desde el 2021, varias empresas digitales han sido autorizadas para operar como instituciones financieras que aceptan depósitos de los clientes.

“Sin embargo, queda por ver cuántas de ellas podrán coexistir en este mercado altamente competitivo para los clientes de consumo de alto riesgo”, mencionó.

“En febrero de 2023, identificamos a Spin by Oxxo como uno de los principales retadores que está logrando importantes avances en el ecosistema fintech de México. Para finales de 2024, Spin by Oxxo de Femsa contaba con 13 millones de usuarios.

Femsa, propietaria de la cadena de tiendas de conveniencia más grande de México con más de 20 mil tiendas Oxxo en todo el país, se ha centrado en ampliar las facilidades de pago en efectivo a los clientes de Spin by Oxxo y en ofrecer servicios y productos financieros, dirigidos principalmente a la población no bancarizada de México.

Oxxo es la red física más amplia del país y supera con creces el número total de sucursales bancarias, que de acuerdo con la CNBV había 11 mil 830 al cierre de 2024.

El acceso a una red física es una necesidad en un país donde el uso de dinero en efectivo representa alrededor del 70 por ciento de todos los pagos.