Ciudad de México. Cada nota, letra y ritmos resonaron en el alma de miles de asistentes al épico festejo de Café Tacvba, en su celebración por 35 años de imbatible historia, en los cuales su legado se ha impuesto a géneros, modas, incluso se ha reinventado en plena era digital.

El Estadio GNP Seguros fue una locura, la noche del jueves, cuando el cuarteto surgido en Ciudad Satélite en 1987, apareció glorioso en el escenario, acompañado de bailarines, que recordaron el pasado Día de Muertos, tras lo cual se escuchó La 10, la 9 y la emblemática rola María, que envolvió el recinto con sus múltiples sonidos.

El vocalista Rubén Albarrán apareció con un atuendo tradicional en color blanco y sombrero, el cual después cayó con el agitado y vigoroso baile del intérprete. Después el camaleónico intérprete sorprendió con otros cambios de vestuario.

Siguieron en el repertorio Las Batallas, y Rarotonga y, tras agradecer la presencia de sus seguidores, la banda puso más enjundia al ambiente con Cómo te extraño mi amor.

“Muchachos, muchachas! estamos contentos y con alegría de que estén con nosotros; es algo significativo por los 35 años, se vienen a la mente imágenes, recuerdos y bendiciones. Gracias por venir a celebrar con nosotros”, expresó Albarrán, mientras los demás músicos hacían su arte con cada instrumento.

El cuarteto así calentó el ambiente para llevar a su audiencia a una catarsis colectiva. Desde antes de iniciar el espectáculo las pantallas que custodiaron el escenario mostraron imágenes de los protagonistas, al igual que otras que fueron colocadas a mitad de la explanada. “Abran los brazos y suéltense; de Satélite para el mundo”, expresó alegre Albarrán.

Este aniversario no solo fue un gran festejo, que incluyó fechas en Monterrey y Guadalajara, sino un tributo a la evolución y reinvención constante que ha caracterizado a la banda desde su nacimiento en Satélite, con la misma alineación que perdura al paso de las décadas, encabezada por Rubén Albarrán, así como con Joselo Rangel, Emmanuel del Real (Meme) y Quique Rangel.

La agrupación ha conquistado durante tres décadas y media escenarios alrededor del mundo con su fusión única de rock, música tradicional mexicana, electrónica y géneros que han desafiado las etiquetas. Ahora el recinto de Iztacalco no fue la excepción, las rolas clásicas, entre otras sorpresas e invitados, se entrelazaron con la alegría y el gusto por vivir que se manifestó en una noche fría, pero llena de magia y energía.

Del cuarteto, se ha dicho que no es simplemente una banda, es un movimiento cultural, “una expresión que ha sabido capturar la esencia de México y transformarla en sonidos que conectan generaciones y culturas”.

Cabe recordar que la mítica banda desde 1989 adoptó su actual nombre, inspirada en el popular restaurante ubicado en la calle de Tacuba del Centro Histórico de la Ciudad de México, y saltó a la escena del rock nacional tras presentarse en el club musical El Hijo del Cuervo, en Coyoacán.

Ahora, después de 35 años, la banda guió a un viaje y recorrido musical, con más de 30 canciones; además corroboró que es una de las agrupaciones mas queridas, que ha evolucionado y sigue vigente, pero sin perder su autenticidad.