La cercanía entre los compañeros del sindicato crea fuertes vínculos y una identidad con el gremio muy sólida. Las tareas en equipo y esa solidaridad obrera que ha caracterizado a muchos sindicatos a lo largo de la historia de México propició el prestigio de las agrupaciones sindicales.
Podríamos mencionar cientos de casos en los cuales los obreros más decididos, organizados y, sobre todo, con la conciencia social y política necesaria, han protagonizado capítulos excepcionales en la historia de las luchas laborales.
Excepcional, no porque las manifestaciones de cada lucha sindical hayan sido de vez en cuando, sino porque, a pesar de las difíciles condiciones para la lucha, al final, lograron avances. La toma de conciencia fue formando un poder que ha tenido un sinnúmero de logros que han permitido detener la esclavitud de la clase obrera, como en el siglo XIX o más atrás.
Las energías, el talento, las horas y los años que son parte de la vida sirven para enriquecer a quienes nos pagan injustamente un salario que casi no alcanza para el bienestar de nuestras familias.
Décadas atrás, en Japón, por ejemplo, de acuerdo con los estudios sicológicos que asesoraban a las grandes empresas, para controlar a su personal aplicaron varios métodos con el fin de que no existieran motivos para emplazamientos a huelga o para exigir mejoras de las condiciones de trabajo, aumento de sueldo, aumento de tiempo vacacional y otras prestaciones que, por cierto, los patrones simulaban ser bondadosos y solidarios con sus obreros al concederles cualquier beneficio, lo más insignificante posible, argumentando que era el primer paso para seguir mejorando.
De esa forma, la oportunidad de recibir el supuesto apoyo, o solidaridad patronal, fue la técnica de la catarsis permitida. Ésta consistía en permitir que el trabajador expresara su frustración, su enojo en contra de la empresa, golpeando o destruyendo, con toda la fuerza posible, una botarga con la imagen del patrón.
Por mucho tiempo funcionó, pero los obreros se cansaron de las botargas y la simulación de desechar la ira y otros sentimientos adversos a la compañía que le pagaba una miseria. Catarsis o no, las condiciones laborales seguían igual, incluso peor. Las jornadas de trabajo son largas, por lo que se obstaculiza la vida familiar redituable, emocionalmente hablando.
Según el informe de 2022 del Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones de Japón (MAIC), más de 9.1 millones de trabajadores de la tercera edad, a partir de los 65 años, continúan trabajando sin fecha de jubilación. Y sigue aumentando la cantidad de personas longevas ocupando empleos difíciles de llevar a cabo por su edad. La proporción de trabajadores de edad avanzada respecto del número total de trabajadores es de 13.6 por ciento, es decir, uno de cada siete trabajadores tiene entre 65 y 70 años, o más.
La vida satisfactoria y un proyecto a futuro más humano han sido arrebatados en todo el mundo a lo largo de la historia por aquellos patrones que dieron vida al oscuro y vergonzoso episodio capitalista del trabajo asalariado e injusto.
México no es la excepción, la lucha sindical ha sido sinuosa, larga y con grandes altibajos, con traiciones de líderes sin escrúpulos y con una numerosa lista de víctimas.
Dentro de las propuestas del gobierno actual, se han dado pasos importantes para resarcir a la clase trabajadora, sindicalizada, o no, por los fraudes de los que han sido víctimas.
La creación del Fondo de Pensiones es una realidad. Los jubilados merecemos un sueldo de jubilación digno. Toda una vida de trabajo no puede terminar con grandes limitaciones y un lastimoso fin de la existencia.
Nadie va a robar los fondos de pensiones; al contrario, las oportunidades de recuperar una pensión más favorable ya es un acuerdo firmado públicamente por Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República.
Además, la cantidad que se reporte para el fondo sí alcanzará para el pago de pensiones a futuro. Esta cantidad se incrementará porque se incluirá el pago de los adeudos de los estados al Issste y al Servicio de Administración Tributaria. Se les está haciendo un descuento de 75 por ciento a esos adeudos.
La justicia no surgió espontáneamente, la creación del Fondo de Pensiones es el resultado de un proyecto de reconstrucción de nuestra sociedad (la 4T); es una deuda con la clase obrera y una oportunidad para fortalecer la lucha sindical.
“Va a alcanzar para compensar a los trabajadores. Imagínense la alegría de un trabajador que se iba a jubilar ya no con 25 o 30 por ciento…”, ha dicho López Obrador. El plan de Zedillo y Calderón llegó a su fin.
Sí se puede…
X: @AntonioGershens
