La revitalización de esta zona se ha dado gracias a grandes obras de infraestructura impulsadas por el actual gobierno. Una de las más grandes es el Tren Maya, que recorrerá mil 554 kilómetros, conectando a Yucatán, Campeche, Tabasco, Chiapas y Quintana Roo. Inaugurado apenas el 15 de diciembre en su primer tramo, no sólo mejora la infraestructura de transporte, sino también promete impulsar el turismo y la economía local, a través de la creación de industrias comunitarias. Otra gran construcción que pretende detonar económicamente la región es el Tren Interoceánico, que conecta Salina Cruz, Oaxaca, con Coatzacoalcos, Veracruz, y ofrece una ruta comercial estratégica entre el Océano Pacífico y el Golfo de México. Inaugurada en diciembre, esta ruta es una alternativa viable al Canal de Panamá, prometiendo reducir los tiempos de tránsito de mercancías y así beneficiar a las empresas navieras.
En el ámbito turístico, el nuevo aeropuerto de Tulum es otra iniciativa destacada. Su ubicación estratégica reducirá el tiempo de viaje para quienes van a las playas de Tulum, aumentando el atractivo de la región. Se espera que maneje 32 mil operaciones anuales, transportando a 5.5 millones de personas y fomente la inversión en bienes raíces. Finalmente, las nuevas carreteras en Oaxaca, que conectarán al centro de su capital con Huatulco y Puerto Escondido, reducirán significativamente los tiempos de viaje, potenciando el turismo y el comercio local.
Como han señalado grupos muy críticos, que han enviado comités a revisar las obras del sureste, existen defectos estructurales que habrá que corregir, pero el resultado global, reconocido incluso por la oposición al gobierno, se espera que sea positivo para el desarrollo de la región sureste y todo el país.