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Ciudad perdida

04 de diciembre de 2023 08:10

La historia política de Samuel García, el de Nuevo León, no ha terminado, su tarea hoy puede ser tan importante, o más, que la candidatura que pretendía.

La perversión de la política mexicana ha dejado como consecuencia el empoderamiento de organismos que no respetan el poder del voto, y por tanto ignoran y desprecian profundamente al ciudadano.

Es por eso que Samuel puede tomar la bandera del voto efectivo y defender, con todo, al ciudadano. Hoy, el Ejecutivo de Nuevo León, elegido por la ciudadanía entiende, seguramente, la importancia del sufragio en las lides de lo político.

A él lo votó el ciudadano, al otro lo tratan de imponer unas autoridades sordas y mudas ante los reclamos de la gente. Pasar por encima de la voluntad del elector es una constante entre las supuestas autoridades electorales, sus decisiones desconocen a la máxima jerarquía electoral en el país y en todo el mundo: el voto.

El voto dijo con claridad que Samuel García era el gobernador de Nuevo León; el tribunal electoral dice que el gobernador es el personaje que ellos eligieron.

La gente decidió por Samuel y un proyecto de gobierno alejado de las prácticas totalmente neoliberales de sus antecesores, y aunque él nada tiene qué ver con la izquierda, convenció a la gente de un programa de gobierno con más justicia social.

Hoy, el mismo tribunal que lo declaró gobernador constitucional busca deponerlo porque se atrevió a ir en contra del proyecto de derechas que ellos defienden, si juzgamos a partir de sus decisiones.

Nada hubiera sucedido si Samuel decide, junto con su partido, sumarse al proyecto de los X, pero no fue así. Samuel pidió licencia y se la concedieron, es decir, seguía y sigue siendo gobernador, porque además –esto lo deben tener por cierto en el tribunal– los cargos de elección popular no son renunciables.

La redacción de la ley para proteger el voto, la decisión ciudadana, explica precisamente que no puede modificarse la voluntad expresada en el sufragio. Así las cosas, un político elegido no podría dejar el cargo, por eso pide permiso, pero la voluntad de la elección permanece inalterada.

Hoy, como ya casi es costumbre en las autoridades electorales, se pretende hacer burla del voto y los miembros del tribunal han suplantado de facto al ciudadano y deciden lo que solamente el voto puede determinar.

Honrar el mandato del voto será una tarea muy importante de Samuel, aunque no lo hubiera pensado de esa manera. Regresar al gobierno es, de todas formas y sin tomar en cuenta los motivos, una forma de respeto al voto, y eso lo agradece la gente.

Mala cosa en la Ciudad de México, donde se pidió a la gente decidir sobre quiénes podían encabezar su gobierno, y ese voto se fue a la basura por una imposición de la autoridad electoral.

Así, lo único que se espera es que la gente no vaya a las urnas porque el voto no vale. Lo que sí debe quedar claro es que la credencial del INE sirve para identificarte, pero no para hacer que el voto se respete.

De pasadita

¡Qué interesante! Vale la pena echarle una mirada a la plataforma de la oposición en esta capital, porque a falta de una idea original, de una propuesta aceptable, en su documento base para la próxima elección no hacen más que copiar el discurso de Morena como propuesta única que, desde luego, no van a cumplir, pero a decir verdad, lo mejor es leer y releer lo escrito por la oposición para darnos cuenta de que los de la oposición están perdidos.

 

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