Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 22 de julio de 2012 Num: 907

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Bitácora bifronte
Jair Cortés

Dos poemas
Stelios Yeranis

Manuel Rojas, un chileno del mundo
Ximena Ortúzar

Martín Adán y la otra vida
Cristian Jara

Pedro Lemebel y la poética de la agrietada memoria
Gerardo Bustamante

Mendigos y clochards
Vilma Fuentes

Los hermanos Grimm:
dos siglos de actualidad

Ricardo Guzmán Wolffer

Gerassi desnuda a Sartre
Adriana Cortés Koloffon entrevista con John Gerassi, periodista francés

Leer

Columnas:
La Casa Sosegada
Javier Sicilia

Las Rayas de la Cebra
Verónica Murguía

Bemol Sostenido
Alonso Arreola

Cinexcusas
Luis Tovar

Galería
Ana Luisa Valdés

Mentiras Transparentes
Felipe Garrido

Al Vuelo
Rogelio Guedea

La Otra Escena
Miguel Ángel Quemain

Cabezalcubo
Jorge Moch


Directorio
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Miguel Ángel Quemain
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Cita a ciegas, la espiral borgeana

El Círculo Teatral que fundaron Víctor Carpinteiro y Alberto Estrella hace ocho años es en realidad una espiral donde el teatro se desarrolla como espectáculo, espacio de enseñanza y de discusión. El equilibrio del que dotan a este espacio la presencia de Alberto Estrella y Víctor Carpinteiro es admirable. Al menos en las apariencias, lo comercial y el rigor de lo académico se ceden el paso con armonía.

Mientras a Estrella parece fascinarle el relumbrón de la alfombra roja y el oropel, los grandes carteles con su figura en primer plano, parece que la presencia de Víctor Carpinteiro, inspirado en la tradición de la UNAM y la Universidad Veracruzana, mira más hacia la investigación y la modestia del rigor actoral que no pretende los reflectores comerciales.

Tal vez la ambición justa de Estrella ha permitido ampliar el público con montajes, temas y presencias actorales que les sean familiares a los interesados en lo escénico y que toman las telenovelas, las series y la presencia en medios como un criterio de confianza.

Como sea, el Círculo Teatral tiene todavía la impronta de Víctor Hugo Rascón Banda, quien fue una pieza sustancial en la creación de este foro que no se conforma con un público escaso, que se atreve a formar sus propios actores y que se instaló en un espacio ubicado en la colonia Condesa en el DF, donde se iniciaron los talleres que traían la lección de los Actores del Método, espacio de enseñanza donde se desempeñó Alberto Estrella, cuya insistencia finalmente atrajo complicidades artísticas fundamentales.

Pienso en la presencia de Rascón porque el Círculo conserva la voluntad de jugársela con lo clásico, lo comercial y un teatro que es amigo de la literatura, de la dramaturgia y el pensamiento.

Cita a ciegas, de Mario Diament, es un ejemplo de esta última perspectiva. Dramaturgia y actuación son el eje de este trabajo de largueza innecesaria pero de gran contundencia actoral. Si insisto en el trabajo de los actores es porque en su memoria están los trazos y los registros que el director Barclay Goldsmith marcó desde 2010, ahora en corta temporada en la calle de Veracruz 107.

Diament es un escritor argentino avecindado en Miami, dedicado al periodismo y la docencia, que en un aliento de nostalgia trazó una obra que estrenó en Buenos Aires en 2005, con mucho éxito, por ese delicado homenaje que rinde a la figura del autor de Ficciones.

Para quien no conozca a Jorge Luis Borges, los guiños y semejanzas del escritor ciego, quien es uno de los ejes de la obra, no afectará su comprensión. El extraordinario trabajo de Fernando Becerril (con una larga trayectoria también en cine y televisión) permite entender el sentido de un personaje que ha creado lleno de matices y tareas escénicas que hacen evidentes los recursos de un actor de tan larga experiencia.

Imagine el lector a un hombre solitario y ciego, sentado en una banca del parque, atento al espacio que modelan sus oídos y a ese otro que conserva su memoria de un mundo donde podía ver y que, gradualmente, viró hacia esa otra forma del silencio que es la clausura de la luz. Sus ojos sin vida parpadean, con el propósito único de mantener la humedad en el estéril globo ocular que le da forma a una expresión de permanente sorpresa en un rostro que es todo oídos.

El escritor declara la existencia de mundos paralelos, convergentes y divergentes, destinos cruzados que se bifurcan y se materializan en una historia contada con gran rigor estructural, donde los personajes obedecen a vínculos desde inconscientes hasta aquellos que se ignoran debido a la pequeñez de un mundo que es un pañuelo, dispuesto a los encuentros inesperados y a relaciones insospechadas.

Luis Cárdenas, intenso y memorioso, en el papel de Hombre/banquero/confidente del ciego, a través de un largo y complejo relato teje las vidas de tres mujeres: Mujer, interpretada por Silvia Mariscal, quien representa el encuentro/desencuentro del escritor y ella misma. Un cruce fugaz que desoyeron y que parecía prometerles el amor eterno; la Psicóloga, a cargo de Ángeles Marín, y Muchacha, de Marcia Coutiño.

La mujer del Banquero es la Psicóloga que atiende a la musa perdida del escritor que, a su vez, es madre de la muchacha que el Banquero confidente ama de súbito, y que a la vez es hija de la musa perdida de la paciente de la Psicóloga, que es esposa del banquero/confidente. Universos paralelos, cruzados, convergentes en un encuentro, en uno de los futuros posibles del amor/autor.