jornada
letraese

Número 159
Jueves 1 de octubre
de 2009



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate


Sin educación no hay prevención

Aunque México promovió el acuerdo para dar educación sexual en toda América Latina, en el país no se observan acciones contundentes para implementarla.

Leonardo Bastida Aguilar

 

Este año escolar, la Secretaría de Educación de Guanajuato sustituyó los libros de biología de primero de secundaria con un texto en el que no hay imágenes de órganos sexuales humanos, se habla de la virginidad como un “tesoro” y se advierte que “la píldora anticonceptiva de emergencia te puede dar cáncer de útero”.

Tras el escándalo desatado en los medios, el secretario local, Alberto Dios-dado, defendió esta visión “más humanista” de la sexualidad y aseguró que para tratar estos temas, las y los adolescentes requieren “conocimiento técnico y juicio moral”. Finalmente, la dependencia a su cargo tuvo que recular y anunciar que retiraría todos los ejemplares que “por error” había entregado, ya que no están avalados por la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Hace por lo menos cuatro ciclos escolares que las organizaciones conservadoras colocan sus textos en las escuelas públicas, muchas veces en lugar de los libros oficiales. Con discursos cada vez más refinados hablan de la “dignidad humana”, del “amor” y omiten información científica acerca de los métodos anticonceptivos o la masturbación.

Con unos u otros libros en la mano, los profesores se enfrentan a su propio desconocimiento al impartir los temas de sexualidad y reproducción. Tras una visita de Letra S a una escuela de educación primaria y otra de secundaria en la ciudad de México, docentes del plantel comentaron que si bien existen las capacitaciones sobre el tema, la mayoría de ellos no asiste “por el hecho de no ser obligatorio”.

Asimismo, señalaron que temas como el aborto no se pueden tratar en el aula escolar por la oposición de muchos padres quienes, al saber de que se habla de estos temas a sus hijos, se quejan ante los directivos. “Hablar de la diversidad sexual, ni pensarlo”, señaló un docente.

Tras una revisión a los actuales libros de texto gratuitos de primaria, y los avalados por la SEP en el caso de secundaria, Letra S constató que en el caso del libro de sexto grado de Ciencias Naturales, en el bloque 3 “La adolescencia: cambios y responsabilidades”, se omite la píldora de emergencia en el apartado referente a los métodos anticonceptivos. Asimismo, al tema del VIH sólo se dedican dos páginas que indican al alumno que debe realizar una investigación en torno al virus.

Los libros de la materia de Orientación y Tutoría de los tres grados de secundaria plantean temas como la equidad de género, la convivencia, la diversidad y los derechos humanos, pero en ningún apartado se habla de diversidad sexual ni de derechos sexuales y reproductivos.

En entrevista, Gabriela Rodríguez, de la organización civil Afluentes, recordó que hace un año “el jefe del ejecutivo federal Felipe Calderón habló por primera vez de educación sexual, anticonceptivos y salud sexual y reproductiva ante la coyuntura de la XVII Conferencia Internacional sobre Sida”. La también columnista de La Jornada señaló: “Después de los reflectores del año pasado, nadie volvió hablar del tema. Hay que recordarle a las autoridades que México se comprometió ante el mundo y por tanto, debe cumplir su promesa”.

En Querétaro no hay mucha diferencia. En charla con Letra S activistas indicaron que autoridades locales se han negado a apoyar la distribución en la entidad de la Cartilla de Derechos Sexuales y Reproductivos de los y las Jóvenes.

Activistas y expertos en la materia, consultados por separado, coinciden en que algunos de los conceptos más debatidos para ser incluidos en los libros de texto gratuito son el aborto y la libre decisión de la mujer sobre su cuerpo. Basta un vistazo al libro de Ciencias Naturales de sexto grado, que define así a la vida: “Un nuevo ser se inicia mediante la unión de un óvulo con un espermatozoide. A este suceso se le llama fecundación”.

Educación sexual, compromiso pendiente
En la Reunión Ministerial Regional para América Latina y el Caribe celebrada en Jamaica en junio pasado, México fue designado como coordinador del Secretariado Ejecutivo de este grupo intersectorial, que conjunta a los Ministerios de Educación y Salud de cada país, con el fin de desarrollar e implementar programas educativos y de salud en materia de educación sexual y reproductiva, así como reprevención de VIH e infecciones de transmisión sexual en niñas, niños y jóvenes.

La principal tarea del gobierno mexicano consiste en supervisar el cumplimiento de la Declaración Ministerial “Prevenir con Educación”, que fue firmada por 30 países de América Latina en agosto de 2008, en el marco de la XVII Conferencia Internacional sobre Sida. En este documento, las naciones se comprometen a integrar en sus sistemas educativos un programa de educación integral en sexualidad.

En días recientes, el Secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, reconoció que entre los principales problemas que aquejan a los jóvenes mexicanos están el alto número de casos de VIH y los embarazos no deseados.

Durante la conmemoración de los 10 años de la Red Democracia y Sexualidad, también Emilio Álvarez Icaza, ex titular de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, indicó que es preocupante que cada año se registren 350 mil embarazos en menores de 18 años y que 50 por ciento de los nuevos casos de VIH se den en jóvenes menores de 24 años. “Este es un tema que debe ser discutido y apoyado con recursos en materia de salud y educación”, advirtió Álvarez Icaza.
Prevenir con educación
El pasado 1 de agosto de 2008, ministros de salud y educación de 31 países del continente se congregaron en la ciudad de México para discutir en torno a la responsabilidad del Estado en la promoción del desarrollo humano con la inclusión de la salud y educación entre sus ejes. De este encuentro surgió la declaratoria “Prevenir con Educación” con el fin de garantizar “el acceso a la educación de calidad de toda la población de niños, niñas, adolescentes y jóvenes (…) en ambientes libres de violencia, estigma y discriminación”.

Dado que en América Latina y el Caribe la principal vía de transmisión del VIH son las relaciones sexuales no protegidas, que la educación integral en sexualidad desde la infancia favorece la adquisición gradual de información y que ésta, de acuerdo a evidencias científicas, no acelera el inicio de actividad sexual pero sí fomenta el autocuidado, se consideró necesario fortalecer estrategias intersectoriales de educación integral en sexualidad y promoción de la salud sexual, señala el documento.

Esta educación debe tener una perspectiva basada en los derechos humanos, el respeto a los valores de una sociedad plural que incluya aspectos biológicos, culturales, éticos, emocionales, sociales y de género, así como de diversidad de orientaciones e identidades sexuales, ratifica la declaratoria.

El documento se plantea dos metas; una de ellas es que al final del año 2010 se hayan realizado las modificaciones a los planes de estudio de cada nación a fin de que incluyan temas de educación integral en sexualidad y se capacite al personal docente en la materia desde su formación académica.

S U B I R

 

 


Retos de la
educación sexual

De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Juventud 2005, en México el 68.7 de los jóvenes
y el 58.2 por ciento de las jóvenes entre
15 y 19 años de edad reconocieron
haber tenido relaciones sexuales.

El método anticonceptivo que más reportaron haber utilizado fue el preservativo, con más
del 90 por ciento de las menciones.

Cifras del Consejo Nacional de Población contenidas en el documento Situación Demográfica Nacional (2008), indican que el 15.5 por ciento de los embarazos en México se da en las mujeres de entre 15 y 19 años y esta cifra sólo se ha reducido en un dos por ciento desde 1976, cuando era de 17.9 por ciento.

Asimismo, seis de cada 10 mujeres reconocieron no haber utilizado algún método anticonceptivo
en su primera relación sexual.