El Antimonumento se instaló como una medida “necesaria y de justa” exigencia al gobierno mexicano para que se pronunciara contra el genocidio. Sin embargo “sigue manteniendo un silencio cómplice al no romper relaciones de todo tipo con el ente sionista de Israel”, reclamaron.
Los participantes ondean banderas de Cuba, Venezuela, México y Palestina, mientras pronuncian discursos en contra de lo que llamaron imperialismo rampante de los Estados Unidos y sus aliados.
Los manifestantes exigen un alto al fuego y demandan que el gobierno mexicano manifieste una postura más firme ante las agresiones cometidas por Israel.