La libertad de expresión no está por encima de los derechos fundamentales; conducirse de acuerdo con ello es parte esencial de la labor de un periodista.
La minoría lo es por mandato popular, y seguirá siendo descalificada mientras continúe obstinada en no escuchar a un pueblo que, en nada, es el mismo al que en lugar de gobernar saqueó y explotó