La información difundida por la Fiscalía estatal criminaliza a la defensora de los Derechos Humanos e intenta disociar su calidad como persona señalando que su desaparición y asesinato fue un "daño colateral".
A casi dos semanas de la desaparición de la activista y su esposo Alexander Hernández, en Oaxaca, la comisión ordenó la radicación de oficio de la investigación.