Ciudad de México. La titular de la Secretaría de Cultura federal, Claudia Curiel de Icaza, hizo un llamado a detener la venta ilegal de 18 piezas arqueológicas del país anunciadas en la subasta Auction 105 Africa, Asia, Oceania, Pre-Columbian Art Antiquities, organizada por Zemanek-Münters, la cual está programada para el 15 de noviembre de 2025 en Würzburg, Alemania.
En un comunicado, Curiel expresó que “el patrimonio arqueológico de México es un testimonio vivo de la grandeza de las civilizaciones que nos antecedieron” y su venta “atenta contra la memoria de los pueblos”.
Explicó que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizó un dictamen en materia de arqueología, a partir del catálogo de la subasta, y determinó que 18 de los objetos anunciados constituyen bienes arqueológicos e históricos, que forman parte del patrimonio cultural de la nación mexicana, conforme a lo dispuesto en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.
La secretaria de Cultura enfatizó que esos bienes son propiedad de la nación y su exportación está prohibida, “por lo que su presencia fuera del territorio nacional deriva de una extracción ilícita”.
Exhortó a los organizadores a “detener de inmediato el ofrecimiento y venta de las piezas señaladas”, ya que dichos objetos “constituyen testimonios únicos de las culturas ancestrales de México y de la historia nacional, vestigios que encarnan la memoria viva de los pueblos originarios”.
Curiel informó que se iniciaron los procedimientos jurisdiccionales correspondientes ante las autoridades competentes, con el propósito de qué las piezas sean repatriadas a territorio mexicano, a través de los canales diplomáticos en estricto apego al derecho internacional y a la defensa del patrimonio cultural.
“El gobierno de México reitera su compromiso con la protección y salvaguarda del patrimonio cultural, así como con la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales, incumplimiento de la legislación nacional y de los tratados internacionales en la materia”, señaló Claudia Curiel.
En el documento, se hizo un llamado a reflexionar sobre las implicaciones éticas y morales de comercializar bienes culturales, expoliados, lo cual contribuye al despojo cultural y atenta contra la memoria de los pueblos.