México. La caída de la inversión pública en infraestructura continuó hasta septiembre y se ubicó como la más pronunciada en tres décadas. En lo que va de 2025 acumula una reducción de 32.5 por ciento anual en términos reales, con lo que equipara el desplome registrado también en el periodo de enero a septiembre de 1995, cuando México pagó los efectos del “error de diciembre” y la crisis económica desatada en el cambio de administración entre Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León.
Salvo el destinado a comunicaciones y transportes, no hay rubro que no resienta una caída del gasto en obra pública en lo que va de 2025, muestran los informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que actualizan el estado de las finanzas y deuda al tercer trimestre del año. Las bajas en obra pública se cuentan desde el gasto que va a los rubros de abastecimiento, agua potable y alcantarillado hasta el energético, reporta la dependencia.
La caída general en la inversión física fue adelantada desde la presentación del Paquete Económico para 2025, y su causa también: el año pasado se aumentó el gasto para terminar las grandes obras de la pasada administración y aunque muchas de ellas siguen registrándose como proyectos inconclusos –según los mismos informes de Hacienda entregados a septiembre–, estaba contemplada una reducción en este rubro, según lo reiterado por los funcionarios de Hacienda, como la subsecretaria de Egresos, Bertha Gómez, y el secretario Édgar Amador Zamora.
No obstante, la baja en inversión física prevista por la Secretaría de Hacienda en los Criterios Generales de Política Económica era de 12.7 por ciento para todo 2025, esto respecto a lo aprobado en el presupuesto del año anterior. Con la información al tercer trimestre, la reducción es casi tres veces mayor, tendencia que aún puede cambiar en el último trimestre si se terminan de erogar los recursos para los proyectos de la actual administración.
Independientemente de que aún faltan los registros de ese último trimestre, la caída de 32.5 por ciento en la inversión física es ya la más alta en tres décadas para un acumulado a septiembre. Al desgranar los datos por destino, el desplome más agudo ocurre en abastecimiento, agua potable y alcantarillado, de 75.5 por ciento; le siguen Educación, de 51.9 por ciento; el sector hidrocarburos, de 33.2 por ciento; el eléctrico, de 28.1 por ciento, y el de Salud, de 14.1 por ciento.
Los otros rubros, que engloban desde los poderes Legislativo y Ejecutivo, hasta las demás dependencias federales y los recursos que transfiere la Federación a estados y municipios, en conjunto acumulan una caída anual de 39.2 por ciento en términos reales.
Este frenón en la inversión productiva está siendo compensado por las “inversiones de capital”, donde se cuentan las inyecciones que se han hecho a Petróleos Mexicanos (Pemex) para reducir su deuda, las cuales si bien han mejorado el perfil crediticio de la compañía, no se reflejan en un aumento de su gasto en infraestructura.
Tan menguado se ha visto el ejercicio en inversión física hasta septiembre, que en conjunto suma 568 mil 886.8 millones de pesos, el monto más bajo para un periodo similar desde 2021. También es apenas el doble de las transferencias extraordinarias hechas a Pemex para que pague su deuda y el 59 por ciento de lo que se gastó en el mismo periodo en los meros intereses de la deuda pública.