Ciudad de México. Nada es tan excitante como derribar a quien domina una era. Por primera vez en casi un lustro, la hegemonía del neerlandés Max Verstappen y su Red Bull pueden perder el campeonato de Fórmula 1 desde 2021 cuando empezó su dominio.
Pero nadie que haya defendido algo valioso por años, dejaría que se le escapara sin oponer una dura resistencia. El joven de rostro inexpresivo ha empezado una campaña para remontar una desventaja que a cinco fechas del final de la temporada parece cada vez más posible de revertir.
Sobre todo cuando el líder de la clasificación, Óscar Piastri (McLaren), empieza a mostrar signos de declive en la medida en que sus perseguidores se le aproximan. Su coequipero, Lando Norris, está a sólo 14 puntos de distancia como el más cercano. Y la amenaza persistente de Verstappen, quien muer-de desde el tercer lugar y avan-za decidido por recuperar lo perdido a sólo 40 unidades de la cima.
Los resultados de la calificación son algunas señales de que en el Gran Premio de México todo puede cobrar un giro dramático. Después de la sesión sabatina para definir la parrilla de salida, Norris demostró que la pelea puede hacerse aún más cerrada a cinco fechas del final.
Norris obtuvo la pole position y detrás arrancarán los Ferrari con Charles Leclerc como segundo y Lewis Hamilton en tercera posición. George Russell (Mercedes) fue el cuarto y el tetracampeón Max Verstappen quedó en el quinto lugar de la parrilla.
Mientras que Piastri quedó relegado al octavo, una mala señal para defender una ventaja que se le va entre los dedos como arenisca. Aquel que pretendía terminar con la hegemonía del piloto neerlandés, puede quedar desplazado por su propio compañero de equipo o por un hombre que quiere seguir dominando la Fórmula 1.
Esta vez el neerlandés lo está haciendo solo. A diferencia de los cuatro títulos consecutivos que conquistó de 2021 a 2024, en los que estuvo apoyado por su entonces compañero Sergio Pérez, esta temporada pelea en la más completa soledad, pues ni Liam Lawson ni Yuki Tsunoda se consolidaron en el asiento que dejó vacante el tapatío. Remontar en la lucha por el campeonato significaría para Verstappen entrar en terreno de la épica y ganar, para él, dejaría de tener ese tufo de la monotonía de un hábito.
En tres de las cuatro carreras más recientes, el neerlandés ha salido victorioso; en contraste, Piastri se rezaga. Ayer en el Autódromo Hermanos Rodríguez, el líder de la clasificación dijo que fue frustrante, pues a pesar de que los tiempos estaban dentro de los rangos normales de una sesión de este tipo, los resultados fueron inesperados.
“Las diferencias fueron más o menos las mismas durante toda la semana, así que no entiendo qué pasó”, dijo Piastri confundido.
Verstappen, aunque ha salido victorioso tres veces desde que ganó el Gran Premio de Italia el 7 de septiembre, no revela alguna forma de triunfalismo. Sin traslucir emociones como un jugador de póquer, apoyado por su rostro impasi-ble, admitió que no ha estado cómodo en su monoplaza en la sesión de calificaciones.
“En cada vuelta que di no sentí bien el coche, ha sido difícil manejar el monoplaza todo el fin de semana”, señaló Verstappen.