Chetumal, Q.Roo. En el 72 aniversario del Voto de la mujer en México la igualdad sólo está en la papeleta y el discurso pues hay enormes retos en igualdad sustantiva, seguridad, en donde los espacios especiales para mujeres rurales, indígenas, con discapacidad, están usurpados, afirmó la regidora presidenta de la comisión de igualdad en el Cabildo de Othón P. Blanco, Erika Cornelio.
Colectivos feministas afirmaron que pese a las celebraciones por la conquista del voto, “la urna no salda la deuda histórica” porque el Estado mexicano mantiene un adeudo gigante con la mitad de su población. “Esta no es una crisis, es una deuda sistémica y estructural que nos cuesta la vida, la dignidad y la autonomía a miles de mujeres y niñas”.
Enumeraron siete deudas que asfixian a las mujeres: Justicia y vidas robadas: El grito de #NiUnaMenos sigue resonando ante la impunidad sistemática y los feminicidios que tiñen el país. Las fiscalías revictimizan; la protección a defensoras es insuficiente. La vida de las mujeres no tiene precio ni justicia.
La segunda refiere a Cuerpos sitiados, el derecho a decidir es rehén. Aún falta el aborto legal, seguro y gratuito en todo el territorio. El Estado criminaliza y niega la Educación Sexual Integral, vulnerando la autonomía y soberanía corporal de las féminas:
En un tercer punto destacaron el Poder secuestrado: con la paridad en papel, con la violencia política y el acoso, expulsan a las mujeres de los espacios reales de decisión. Los cargos ejecutivos siguen siendo una trinchera masculina, por lo que demandaron el poder sustantivo, no solo el simbólico.
En cuarto punto destacaron la Esclavitud no remunerada: La economía se sostiene en el trabajo de cuidados gratuito que hacen las mujeres. Persisten las brechas salariales y la feminización de la pobreza. El sistema de cuidados sigue siendo una promesa vacía.
Exclusión profunda: Las mujeres indígenas, afrodescendientes, rurales y con discapacidad enfrentan una doble y triple exclusión. Sus derechos colectivos, sus territorios y su voz son invisibilizados.
Paz fallida: La militarización del país ha traído más violencia sexual y desplazamiento. El Estado no sanciona las atrocidades cometidas por sus propias fuerzas armadas. Sin justicia no hay paz.
La síntesis es dolorosa, dijeron, 72 años después de la papeleta, la igualdad sustantiva sigue siendo un sueño pendiente. La deuda no se paga con discursos, se paga con presupuestos etiquetados, autonomía económica, justicia efectiva y una transformación cultural con enfoque interseccional.