En México, el llamado gigante de Concacaf ya no existe. Queda, en su lugar, una selección que ha hecho costumbre los silbidos en los estadios, incapaz de vencer a rivales de mayor prestigio fuera de la región y sólo calificada por su condición de anfitrión a la Copa Mundial 2026. Desde hace varios procesos, la constante en los partidos del Tricolor es el fastidio de una afición que alguna vez irradió optimismo, incluso cuando la única esperanza era no perder ante Estados Unidos. Un nuevo cortocircuito produjo esta noche el empate (1-1) con Ecuador, segunda nación mejor ubicada en las eliminatorias de Sudamérica.
Fueron al menos 30 minutos en los que el equipo mexicano, con nueve cambios de inicio respecto a la goleada que sufrió el sábado (4-0) contra Colombia, cambió la tensión y el nerviosismo por chispazos de un mejor juego. “No podemos ser tan poco competitivos”, advirtió el seleccionador nacional, Javier Aguirre, horas antes del encuentro en Guadalajara, el segundo de una Fecha FIFA en la que no consiguió victorias, como tampoco lo hizo en septiembre al enfrentar a Japón (0-0) y Corea del Sur (2-2), potencias del continente asiático.
Sólo tres elementos -César Montes, Johan Vásquez y Erik Lira- repitieron como titulares. El resto, entre ellos Santiago Giménez y Orbelín Pineda, quienes militan en clubes de Europa, resignaron su lugar a otros jóvenes. El gol de Germán Berterame motivó al mismo tiempo sentimientos de intensa emoción y sorpresa (3), primero por la mala salida de Ecuador y luego porque se trató de la primera jugada cerca de la portería. Un error de los zagueros sudamericanos, que lograron la mejor defensiva rumbo al Mundial en el continente con sólo cinco tantos permitidos, animó a las más de 41 mil 230 personas que asistieron al Akron a confiar en un desenlace diferente.
Hirving Lozano y Julián Quiñones estuvieron cerca de incrementar la ventaja, pero luego el Tricolor, como ocurrió con Colombia, volvió a encontrarse con la misma realidad que lo persigue. El portero Raúl Rangel derribó al delantero del Pachuca, Enner Valencia, a la entrada del área y obligó al árbitro Juan Gabriel Calderón a señalar la falta mediante el VAR. Entonces, el encargado de convertir el empate desde el manchón de penalti fue Jordy Alcívar con un remate cruzado (20). Lo que vino después, especialmente en el segundo tiempo, pareció el final de una historia ya conocida: abucheos, silbidos y un grito de “Fuera Aguirre” que se replicó en diferentes zonas del inmueble.
“Seguimos buscando jugadores (para el Mundial)”, justificó el técnico nacional en conferencia de prensa. Antes del inicio del encuentro, se brindó un minuto de silencio por las víctimas a causa de las inundaciones en el país.