En un juego cerebral y de manejo de emociones, Diablos Rojos consiguió el primer triunfo de la Serie del Rey ante Charros de Jalisco por 8-4 en el estadio Alfredo Harp Helú.
Con la convicción conseguir el bicampeonato de la Liga Mexicana de Beisbol, los Escarlatas se fueron de inmediato a hacer daño.
En la primera entrada, Allen Córdoba pegó un doble que envió a Carlos Sepúlveda a la registradora para la primera de Diablo. A Julián Ornelas lo dejaron fuera, pero permitió que Córdoba anotara la segunda y José Marmolejos conectó un jonrón solitario para cerrar el inning con ventaja 3-0.
La ofensiva Roja estaba inspirada y en el segundo capítulo se fue sin piedad contra un rival cuyo serpentinero parecía incapaz de entender las complejidades de ciudad a 2 mil 240 metros sobre el nivel del mar. Aquí la pelota se hace más liviana y caprichosa. Sepúlveda aprovechó para producir una de Carlos Pérez y Ornelas impulsó a Sepúlveda y a Córdoba para poner la pizarra de 7-0.
Impaciente, el entrenador de Charros, Benjamín Gil, hizo cambios en el montículo y neutralizó el ataque feroz de Diablos. Por cuatro entradas consecutivas los Rojos no volvieron a pisar la registradora.
Charros renació y en el quinto inning anotó cuatro veces para quedar muy cerca de unos Diablos que habían perdido el ímpetu.
Hasta el séptimo rollo, el México logró doblegar a Charros y volvió a pisar el home con productivo Marmolejos para el 8-0 definitivo. Esta serie está en ciernes, pero permite que los Diablos sueñen con un nuevo campeonato en la liga.
Al final del partido, Benjamín Gil lucía hasta optimista por el desempeño de Charros, como si el resultado adverso no le afectara.
“No ganamos, pero fuimos mejores. Charros es mejor equipo y lo demostramos. Mejor así, para que sea diferente. Cuando gané la Serie Mundial (como jugador de Anaheim), había perdido el primer juego. Así que no me asusta, en esto hay que ganar cuatro partidos”, dijo sonriente.