Además de preservar 5.7 millones de hectáreas del corazón de Mesoamérica, la reciente firma con México y Belice para proteger la Gran Selva Maya buscará salvaguardar la cultura precolombina, los pueblos originarios y el desarrollo sostenible de la región en beneficio de unas 2 millones de personas, afirmó Edwin Castellanos, viceministro de Recursos Naturales y Cambio Climático de Guatemala.
“Las reservas selváticas individuales de cada país ya existían, pero tener esa coordinación trasnacional con la creación del Corredor Biocultural de la Gran Selva Maya hace más efectivo el trabajo de conservación entre los países, porque las fronteras muchas veces nos impedían controlar qué estaba pasando”, comentó Castellanos en entrevista. La zona se divide en 11 áreas protegidas en Belice, 27 en Guatemala y 12 en México.
Al tratarse de la segunda selva tropical más extensa de América, después de la Amazonía, la firma buscará enfrentar la crisis climática, regular el ciclo del agua y conservar la biodiversidad regional y la integridad ecológica, en una zona donde hay 7 mil especies, 200 de ellas en riesgo. Por ejemplo, un punto principal será reducir las emisiones de carbono concentradas en la selva, precisó el viceministro.
Entre las acciones establecidas también figuran: compartir información, tecnología y entrenamiento en materia de manejo integrado del fuego, tala ilegal, deforestación y gestionar el aprovechamiento de los bienes maderables y no maderables de las selvas de manera inclusiva en favor de los habitantes.
El funcionario apuntó que esta cooperación brindará la oportunidad de atender los aspectos de seguridad, “al ser un área muy grande, donde hay muchos ilícitos”. En territorio guatemalteco, señaló, hay “algunas áreas invadidas que tienen todavía actividades ilegales, como el narcotráfico. Entonces, tenemos muchos retos por atender”.
“Definitivamente, lo importante es asegurar el territorio, porque es un área, como usted bien lo dice, rica en biodiversidad, pero también ofrece mucho para el turismo regional”, señaló.
Castellanos resaltó que además se protegerá toda la parte cultural, no solamente en términos de los sitios arqueológicos de la civilización maya precolombina, sino también toda la identidad de los pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades locales que habitan allí. Destacó que toda esta riqueza será atractiva para los visitantes de la región, lo que permitirá reactivar la economía y el turismo
La iniciativa, indicó, apuntará también en la expansión del Tren Maya hacia comunidades y sitios de importancia cultural en Guatemala y Belice, con el fin de detonar una zona económica a través del desarrollo turístico sustentable. Detalló que se realizaron algunas reuniones para abordar por dónde podría pasar el tren, sin que haya un mayor impacto ambiental, como en la deforestación.