Ginebra. Las conversaciones para finalizar el primer tratado vinculante del mundo sobre la contaminación por plástico en Suiza, fracasaron ayer en medio de gran división entre los países sobre cómo abordar la crisis, al tiempo que algunos delegados expresaron su decepción y su molestia porque en 10 días de conversaciones no se lograron acuerdos.
Bjorn Beeler, coordinador internacional de la Red Internacional para la Eliminación de Contaminantes, aseguró que “el consenso está muerto”; asimismo, Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de Organización de Naciones Unidas (ONU) para el Medio Ambiente, expuso que a pesar de los desafíos y la decepción, “tenemos que aceptar que se han hecho progresos significativos”.
La comisaria europea Jessika Roswall, señaló que la Unión Europea (UE) tenía grandes expectativas para esta reunión, pero, aunque el borrador no alcanza sus demandas, es una buena base para otra sesión de negociación, y afirmó que “la Tierra no es sólo nuestra. Somos los administradores para quienes vendrán después de nosotros. Cumplamos con ese deber”.
“Lamento profundamente que, a pesar de los sinceros esfuerzos realizados, las negociaciones para alcanzar un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre la contaminación plástica, incluido el medio marino, hayan concluido sin lograr un consenso”, expresó Antonio Guterres, secretario general de ONU.
“Estamos dando vueltas en círculos. No podemos seguir haciendo lo mismo y esperar un resultado diferente”, declaró Graham Forbes, jefe de la delegación de Greenpeace en Ginebra, al finalizar la cumbre.
“Clave, abordar productos químicos tóxicos utilizados”
Arabia Saudita, Kuwait y Estados Unidos se opusieron a reducir la producción de plásticos o prohibir aditivos químicos en el tratado; a pesar de esto, Washington apoyó disposiciones para mejorar la recolección y gestión de residuos, optimizar el diseño de productos e impulsar el reciclaje, la reutilización y otros esfuerzos para reducir el plástico vertido en el medio ambiente.
Diplomáticos y defensores del clima advirtieron a principios de este mes que los esfuerzos de la UE y los pequeños Estados insulares por limitar la producción de plástico virgen (alimentada por el petróleo, el carbón y el gas) se enfrentan a la oposición de los países productores de petroquímicos y de Estados Unidos.
Cada año, en el mundo se producen más de 400 millones de toneladas de nuevos plásticos, y eso podría aumentar alrededor de 70 por ciento para 2040 sin cambios en las políticas. Alrededor de 100 países quieren limitar la producción, mientras que otros afirmaron que también es clave abordar los productos químicos tóxicos utilizados en la fabricación.