Ciudad de México. Las características únicas del ambiente espacial por la ausencia de gravedad y mayor exposición a los rayos cósmicos han dado pie a investigaciones científicas para el desarrollo de la medicina. Abba Zubair, especialista de la Clínica Mayo en Jacksonville, Florida, Estados Unidos, inició en 2013 un proyecto enfocado en el cultivo de células madres para trasplante de médula ósea.
El experto en terapia celular ha realizado este trabajo en su laboratorio desde hace más de 20 años, a fin de sacar el mayor provecho a las células madres en el tratamiento de padecimientos complejos como el cáncer y aquellos cuya única solución son los trasplantes de médula ósea.
Aseveró que esta alternativa terapéutica enfrenta obstáculos por la baja donación, y su reproducción en el laboratorio es limitada, pero en el espacio algunas células madres se desarrollan más rápido y de manera segura por la ausencia de contaminantes. Tienen el potencial de beneficiar a estos pacientes y a quienes padecen enfermedad vascular cerebral (infarto cerebral), entre otros males.
Nuevas líneas de estudio
En conferencia, Zubair comentó que con financiamiento de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio viajó en 2017 a la Estación Espacial Internacional, donde permaneció un mes, y además de estudiar el desarrollo de las células madres, identificó nuevas líneas de investigación. Observó que a pesar de que realizan ejercicio físico, los astronautas pierden hueso y masa muscular. Se planteó el objetivo de comprender el fenómeno y eventualmente encontrar el mecanismo para controlarlo. Después también se podría traer a la Tierra para el tratamiento de la osteoporosis.
Añadió que en agosto próximo viajará de nuevo al espacio para estudiar la formación ósea de los astronautas y explorar si las células progenitoras son de utilidad para prevenir y revertir el daño.
Detalló que su primer viaje al espacio implicó reinventar los métodos de trabajo. Explicó que en el laboratorio se mezclan las soluciones, pero no así en el espacio, por la ausencia de gravedad, y hubo que crear mecanismos alternativos para lograrlo.
Algunas incógnitas en cuanto al desarrollo de células madres eran si afectaría la falta de gravedad, si sería posible mejorar la resistencia celular a la radiación y, en su caso, utilizarla con fines médicos.
Además de que comprobó que algunas células madres crecen más rápido y con seguridad en el espacio, el investigador encontró variaciones entre los cultivos en tejidos en comparación con el desarrollo en suspensiones celulares, lo cual en la clínica puede tener usos diferenciados.
Comentó que en los eventos vasculares cerebrales, las células madres pueden bajar la inflamación, lo que es de gran beneficio cuando a causa del sangrado aumenta la presión intracraneal, con repercusiones negativas para el funcionamiento del corazón y el sistema respiratorio.
Zubair anticipó que al comprobarse la factibilidad del cultivo de células madres de manera segura en el espacio, la siguiente etapa sería la instalación de un laboratorio con un biorreactor para aumentar la producción celular.
Reconoció, sin embargo, que para eso faltan años de investigación, pruebas y ensayos clínicos en el espacio, así como conseguir que alguna empresa acepte participar en el proyecto del biorreactor. "Esto apenas está empezando", expresó el experto.