Los agentes particulares de la economía no están en posición de evaluar la demanda y oferta agregadas; invierten más o menos de lo requerido al nivel social en una mercancía (M) específica; el equilibrio sólo se alcanza como tendencia a largo plazo como resultado de fluctuaciones. La ley interna (como ley natural ciega) –continúan diciendo MKB (Márkus, Kis y Bence) en How is Critical Economic Theory Possible?–, se impone sólo a través de la competencia. Sólo así ejerce su influencia la ley del valor y mantiene el equilibrio. Las desviaciones del equilibrio llevan, en ocasiones, a perturbaciones agudas en la operación y culminan en crisis que conlleva destrucción de bienes y de medios productivos. En las crisis, la irracionalidad del capitalismo (CPL) se hace evidente. Marx (Mx) dice que “las relaciones conectan el trabajo (Tr) de un individuo con el de los demás, ‘no como relaciones sociales directas entre individuos en su Tr’, sino como lo que realmente son, relaciones materiales entre personas y relaciones sociales entre cosas”. A esto Mx le llama reificación. Al observador cotidiano, las relaciones reificadas le aparecen como cosas, y las condiciones CPL de producción (Pr) como condiciones naturales. Este fetichismo –esto es “la apariencia objetiva de las características sociales del Tr– también mantiene como rehén a la economía política. La economía burguesa vulgar, en términos de contenido no se eleva por arriba del punto de vista de la conciencia cotidiana y es incapaz de romper las apariencias que dominan el pensamiento cotidiano de los agentes de la Pr CPL; les aparecen como una necesidad (N) autoevidente impuesta por la naturaleza como el Tr productivo. Ser capital, entonces, aparece como la forma natural de los medios de Tr; estos que son por naturaleza capital, se vuelven la fuente de la ganancia”. La economía vulgar empieza a desplegarse, para Mx, cuando el proletariado entra al escenario de la historia en la práctica y la teoría. Mientras la burguesía mantuvo su hegemonía ideológica, sus representantes teóricos tenían la oportunidad de dar un relato explicativo verdadero de los mecanismos de la Pr CPL, incluso al costo de llegar críticamente a conclusiones que no eran las más cómodas y adulatorias para los intereses de clase inmediatos de la burguesía. Éste fue el periodo clásico, en palabras de Mx, del desarrollo de la economía política burguesa, que creó teorías científicas y fue capaz de superar las apariencias fetichistas inmediatas; detrás de la ganancia del capital; pudo revelar que el Tr era la única fuente de todo valor y por tanto del plusvalor. Pero los economistas clásicos no fueron capaces de eliminar los prejuicios más profundamente enraizados de los agentes CPL; incluso Smith y Ricardo identificaron las relaciones CPL de Pr con los requerimientos universales de la Pr, lo que se deriva de la obsesión que la Pr burguesa es la Pr como tal. Por tanto, aunque logran captar el contenido objetivo verdadero detrás de las formaciones reificadas, no son capaces de distinguir la forma social particular en la que los procesos de Pr objetivos son institucionalizados respecto de las relaciones naturales entre N y medios de satisfacción. La economía política clásica (EPC) ha analizado, aunque de modo incompleto, el valor y su magnitud, y ha descubierto lo que hay detrás de estas formas. Pero nunca ha preguntado por qué el trabajo es representado por el valor de su producto y el tiempo de trabajo por la magnitud de dicho valor.
Por otro lado, dice Mx en El capital (EC), la EPC, anticipando la vulgarización de la EP, se ve forzada a aceptar las formas CPL, tal como son, junto con sus percepciones fetichistas: “La EPC tomó de la vida cotidiana la categoría ‘precio del trabajo’ como expresión adecuada de la relación de valor considerada. Una crítica consistente de la falsa conciencia reproducida en el CPL sólo puede encontrar un punto de apoyo fuera de sí, para lo cual es necesario adoptar una postura crítica al respecto desde la perspectiva de un sistema económico –una comunidad de individuos libres– que se ha deshecho de sus tegumentos reificados. La anatomía del socialismo (SCL) es la clave para entender y criticar la economía CPL y el fetichismo de las percepciones asociadas, pues el místico velo que envuelve el proceso productivo sólo desaparece cuando éste es regulado conscientemente por los hombres libres asociados de acuerdo con un plan adoptado, concluye Mx. El CPL no sólo establece los mecanismos de los que despoja a los agentes de la Pr y los gobierna, sino también establece las precondiciones para superar estos mecanismos. El desarrollo de fuerzas productivas directamente relacionadas con las necesidades (N) de la sociedad convierte la eliminación de la atomización de la economía en una tarea imperativa. Sólo la asociación de los trabajadores libres (ATL), basada en la propiedad colectiva de los medios de producción, crea las condiciones apropiadas para el desarrollo sin obstáculos de la industria. Cuando el proceso de Pr es supervisado por la ATL, el propósito económico deja de ser la realización de acervos de capital particulares y se convierte en la satisfacción directa de N sociales. El desarrollo será el propósito, el impulso motor de la economía SCL, en tanto es el prerrequisito indispensable para enriquecer la vida humana, el despliegue de N y capacidades (C). No serán necesarios, dice Mx, los mecanismos autorreguladores del mercado para ajustar Pr y consumo, y las diversas ramas de actividad entre sí. La comunidad de productores podrá administrar la economía en todo el territorio, como lo hacía Robinson Crusoe (RC) en su isla. Igual que RC no tenía que calcular en términos de precios, ganancia e intereses, sino que lo podía hacer directamente en términos de sus N y la cantidad de trabajo disponible, así la ATL podrá dividir los recursos disponibles entre los varios campos de Pr, sin pasar por el mercado. El intercambio mercantil y el sistema financiero se vuelven innecesarios, dice Mx para quien en el corazón de las formas reificadas del CPL yacen dormidas las relaciones generales que sólo tienen que liberarse. Los modelos de administración directa y planificada de las fuerzas socializadas de Pr también son prefiguradas en el CPL. Pero las relaciones de poder en la fábrica CPL son muy diferentes del orden futuro del SCL, en el cual los órganos administrativos son los ejecutores de la voluntad colectiva de los productores. El autoritarismo de la organización CPL se basa en lo que Mx llama la relación salarial, mientras en el SCL el trabajo (Tr) no será Tr asalariado y la fuerza de Tr no será ya una M. En el taller CPL la división del Tr es coercitiva y jerárquica, mientras en el SCL será libre e igualitaria.