Hermosillo, Sonora. El Mercado Municipal No. 1 “José María Pino Suárez” vuelve a abrir sus puertas con una nueva cara, tras 18 meses de rehabilitación por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Gobierno de Sonora. Este lunes, el gobernador Alfonso Durazo entregó a sus locatarios las instalaciones rehabilitadas de este emblemático edificio, cuya intervención representa una de las obras de rescate patrimonial y urbano más importantes en Sonora.
El edificio, construido entre 1908 y 1910 y símbolo del comercio tradicional de Hermosillo, fue sometido a una restauración con una inversión superior a los 130 millones de pesos. Las mejoras incluyeron el reforzamiento de estructuras, sustitución de 310 de 314 vigas, restauración de bóvedas y techos, modernización de las redes eléctrica e hidrosanitaria, así como la recuperación de elementos originales como herrería, vitrales y fachadas, bajo la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Es una obra que respeta el alma arquitectónica y humana del mercado. Lo que parecía imposible, hoy es una realidad gracias al trabajo en equipo y la voluntad política”, expresó Durazo durante el acto de entrega a los más de 70 locatarios que regresarán a ocupar sus espacios.
Migdelina Castillo, presidenta de los locatarios, agradeció al Inah y al gobernador Durazo el apoyo para la restauración del emblemático edificio. “Teníamos la necesidad urgente de rehabilitar el edifico, nos faltaba mucho billete, pero sobre todo voluntad para voltear a ver la necesidad en esta obra”, expuso la líder locataria.
El rescate del inmueble, ubicado entre las calles Monterrey, Matamoros, Guerrero y Elías Calles, fue planeado con una visión social y cultural. Se emplearon materiales certificados para restauraciones patrimoniales —como los utilizados en la Catedral de Notre Dame— y tecnología térmica adaptada al clima extremo de Hermosillo. El proyecto también integró la participación activa de comerciantes, urbanistas, ingenieros, arquitectos y artesanos especializados.
El cronista Ignacio Lagarda Lagarda recordó que el mercado fue inaugurado en 1910 como parte del programa del Centenario de la Independencia de México, y que su construcción no estuvo exenta de críticas en sus inicios por parte de la población, que aspiraba a una imagen más estética para su mercado central. Sin embargo, con el paso del tiempo se consolidó como un sitio clave para la vida económica, social y cultural de la capital sonorense.
La restauración, señaló Durazo, es parte de una estrategia más amplia de recuperación de espacios públicos y fortalecimiento del tejido social. Además de dignificar el patrimonio, se busca reactivar la economía local y el turismo gastronómico. El renovado mercado será un punto de encuentro donde convergen tradiciones culinarias, historia y comunidad: desde la venta de coyotas y chiltepines, hasta la preparación de gallina pinta y carne asada, en un entorno accesible y seguro para comerciantes y visitantes.