Bamako. Un ataque de un grupo yihadista dejó más de 100 muertos en el norte de Burkina Faso, en su mayoría soldados, indicaron este lunes residentes locales. El grupo yihadista alineado con Al Qaeda conocido como Jama’at Nasr al Islam wal Muslimin (JNIM) se atribuyo la responsabilidad del atentado.

El incidente ocurrió el domingo temprano, atacaron varios lugares, incluida una base militar y la ciudad de Djibo, comentó un trabajador humanitario activamente involucrado en diálogos con comunidades del país. Una estudiante de la zona indicó que su padre estaba entre los fallecidos. Ambos individuos hablaron con The Associated Press bajo anonimato por temor a sufrir represalias.

El trabajador humanitario, al igual que Charlie Werb, un analista independiente enfocado en el Sahel, relataron cómo la ofensiva comenzó simultáneamente en diferentes lugares a las 6 horas, la mañana del domingo.

"Combatientes del JNIM atacaron ocho localidades simultáneamente para dispersar a la fuerza aérea de Burkina Faso. El ataque principal ocurrió en Djibo, donde los milicianos del JNIM primero se apoderaron de todos los puntos de control para ingresar a la ciudad antes de atacar los campamentos militares, particularmente el campamento de la Unidad Especial Antiterrorista", expresó el trabajador humanitario.

Werb indicó que los atacantes pasaron varias horas en áreas sin apoyo aéreo de las fuerzas armadas de Burkina Faso, a diferencia de ataques similares en Djibo en el pasado, en los que las fuerzas de seguridad habían repelido con éxito a los extremistas.

El ataque más reciente muestra el creciente poder y el alcance cada vez mayor del JNIM en Burkina Faso, expresó Wassim Nasr, especialista en el Sahel e investigador sénior en el Soufan Center, un centro de investigación sobre seguridad. “El hecho de que Djibo fuera atacada confirma el grado de libertad de movimiento que tiene el JNIM dentro de Burkina Faso”, añadió.

Dirigida por una junta militar, la nación de 23 millones de habitantes que carece de costas ha sido una de las más afectadas por la crisis de seguridad en la región africana del Sahel, considerada actualmente el punto global donde el extremismo violento está más activo. Aproximadamente la mitad de Burkina Faso está fuera del control del gobierno a consecuencia de la violencia que contribuyó a dos golpes de Estado en 2022.