Madrid. El diario El Mundo dio a conocer nuevas conversaciones privadas entre el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, con el que fue su mano derecha y ex ministro de Fomento, José Luis Ábalos, quien hoy se encuentra procesado por numerosos casos de corrupción, nepotismo y abuso de poder y está apartado del partido.
En noviembre del 2021, sólo cinco meses después de expulsarlo del gobierno sin explicaciones, Sánchez le mandó un mensaje a Ábalos en el que decía: “Buenos días, José Luis. Hace tiempo que no hablamos. Te escribo para trasladarte mi solidaridad ante los infundios que, por desgracia, estamos viendo en los medios”.
El presidente Sánchez se refiere a las informaciones que publicaron varios medios de comunicación que vinculaban la salida del Ejecutivo de Ábalos a sus presuntas actividades privadas con prostitutas y otros excesos de su vida privada.
Con el tiempo, y tras una larga investigación policial y judicial todavía abierta, se demostró que Ábalos no sólo contrató con recursos públicos a las supuestas prostitutas que le daban servicio, sino que delegó en la trama de corrupción empresarial en la que estaba inmerso el pago de sus viviendas y de los pagos específicos por sus servicios, como los viajes que realizaron con el ministro y que cobraban a mil 500 euros el día (38 mil pesos).
Todos los mensajes que se dieron a conocer hasta ahora son previos a que Ábalos haya sido situado por la justicia española en el centro de esta trama de corrupción, si bien uno de los mensajes más recientes, fechado el 30 de julio del 2023, Sánchez escribió a Ábalos que sentía nostalgia de sus años de colaboración en el Gobierno: “La verdad es que he echado de menos muchas veces trabajar contigo. Siempre he valorado mucho tu criterio político. También tu amistad. En fin. Te mando un abrazo”.
A la publicación de estos mensajes, además de los filtrados el pasado domingo, en los que Sánchez hablaba con desprecio de algunos líderes regionales de su partido críticos con su gestión, reaccionaron precisamente los aludidos.
Uno de ellos, el ex presidente de Aragón, Javier Lambán, aseguró que efectivamente tuvo “unas cuantas broncas muy serias por teléfono” con Sánchez que no había contado hasta ahora y que le sorprendió que “las reacciones eran iracundas y me sorprendían, estaban fuera de lugar”.
Mientras que el actual presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, señaló que los mensajes confirman que “Sánchez y Ábalos eran uña y carne” y que “se ha intentado eliminar la libertad de expresión en el partido”.
Desde el gobierno, el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, advirtió que “la filtración de conversaciones privadas no favorece el normal funcionamiento de las instituciones”, mientras que el ministro de Transformación Digital, Óscar López, señaló que “me parece muy grave que se publique comunicaciones privadas del presidente del Gobierno.
Me gustaría saber si alguien va a investigar esta filtración como se han investigado otras”. Desde el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) atribuyeron las filtraciones a una “estrategia de la derecha, quieren que la gente vea la política como algo extraño y en esencia malo. La derecha y ultraderecha no van a escatimar en medios en hacerlo”.
Desde Podemos, el partido de izquierda que fue socio de coalición del primer gobierno de Sánchez, precisamente cuando escribió esos mensajes, señaló que “Sánchez y el resto del partido deben dar muchas más explicaciones.
Es muy difícil de creer y resulta inverosímil que Sánchez no supiese nada de los tejemanejes de Ábalos, la persona de máxima confianza del presidente, su número dos. El bipartidismo es corrupción pura y dura”.