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Se fue una de las voces más juguetonas del posmodernismo

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El escritor John Barth falleció el martes pasado. Foto ‘La Jornada’
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04 de abril de 2024 09:03

Annapolis. John Barth, el autor juguetón y erudito cuyas novelas oscuramente cómicas y complicadas giraban en torno al arte de la literatura y dieron lugar a innumerables debates sobre el arte de la ficción, falleció a los 93 años.

La Universidad Johns Hopkins, donde Barth era profesor emérito de letras inglesas y escritura creativa, confirmó en un comunicado su deceso, ocurrido el martes.

Junto con William Gass, Stanley Elkins y otros colegas, Barth formó parte de una ola de escritores en los años 60 que desafiaron los estándares del lenguaje y la trama. Autor de 20 libros, entre ellos Giles Goat-Boy (Giles, el niño-cabra) y The Sot-Weed Factor (El plantador de tabaco), Barth fue un profesor de escritura universitario que abogó por el posmodernismo en la literatura diciendo que las viejas formas se habían agotado y que se necesitaban nuevos enfoques.

La pasión de Barth por la teoría literaria y sus novelas innovadoras, pero complicadas, lo convirtieron en un escritor de escritores. Barth dijo que se sentía como Scheherazade en Las mil y una noches, tratando desesperadamente de sobrevivir creando literatura.

En 1966 tuvo éxito de ventas con Giles Goat-Boy, que convertía un campus universitario en el microcosmos de un mundo amenazado por la guerra fría y con un héroe que es en parte cabra.

Al año siguiente, escribió un manifiesto posmoderno, The Literature of Exhaustion (La literatura del agotamiento), que argumentaba que la novela tradicional sufría de un desgaste de ciertas formas. El influyente ensayo del Atlantic Monthly describió al escritor posmoderno como alguien que se enfrenta a un callejón sin salida intelectual y lo emplea contra sí mismo para llevar a cabo un nuevo trabajo humano.

Aclaró en otro ensayo 13 años después, The Literature of Replenishment, que no quería decir que la novela estuviera muerta, sino que necesitaba urgentemente un nuevo enfoque.

Me gusta recordar a los lectores errados de mi ensayo anterior que la literatura tiene de hecho unos 4 mil 500 años de antigüedad (más o menos, dependiendo de la definición de literatura de cada uno), pero que no tenemos forma de saber si 4 mil 500 años constituyen senilidad, madurez, juventud o mera infancia, escribió Barth.

Barth exploró con frecuencia la relación entre el narrador y el público en parodias y sátiras. Dijo que se inspiró en Las mil y una noches, que descubrió mientras trabajaba en la biblioteca de clásicos de la Universidad Johns Hopkins.

Es un acto quijotesco en la cuerda floja esperar, a estas alturas del siglo XX, escribir material literario y lidiar con la disminución del número de lectores y un mundo editorial donde las empresas son propiedad de otras empresas, dijo Barth a The Associated Press en 1991.

Barth estudió jazz en la Escuela de Música Juilliard de Nueva York, pero descubrió que no tenía un gran talento para la música, por lo que se dedicó a la escritura creativa, un oficio que enseñó en la Universidad Estatal de Pensilvania, SUNY Buffalo, la Universidad de Boston y Johns Hopkins.

Su primera novela, The Floating Opera (La ópera flotante), fue nominada para un Premio Nacional del Libro. También fue propuesto de nuevo por una colección de cuentos de 1968, Lost in the Funhouse (Perdido en la casa encantada), y ganó en 1973 por Chimera (Quimera), tres novelas cortas centradas en el mito.

Su obra revelación fue The Sot-Weed Factor de 1960, una parodia de la ficción histórica con una multitud de giros en la trama y travesuras obscenas. La extensa historia picaresca utiliza convenciones literarias del siglo XVIII para narrar las aventuras de Ebenezer Cooke, quien toma posesión de una granja de tabaco en Maryland.

Barth nació en la costa este de Maryland y ambientó allí muchas de sus obras. Tanto su libro de 1982 Sabbatical: A Romance (Sabático) como su The Tidewater Tales de 1987 presentan a parejas navegando en la bahía de Chesapeake.

Barth también desafió las convenciones literarias en su novela epistolar de 1979 Letters (Las cartas), en la que los personajes de sus primeras seis novelas se escribían entre sí, y él también se insertó como personaje.

Mi autor posmodernista ideal no se limita a repudiar ni a imitar a sus padres modernistas del siglo XX ni a sus abuelos premodernistas del siglo XIX. Tiene la primera mitad de nuestro siglo en su haber, pero no en su espalda.

Barth siguió escribiendo en el siglo XXI.

En 2008, publicó The Develop-ment, una colección de cuentos sobre jubilados en un asilo. Final Fridays, editado en 2012, fue su tercera colección de ensayos.

 
 
 
 

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