Como es tradición, habitantes de Santa María Atzompa y Xoxocotlán, Oaxaca, cada 31 de octubre acuden al camposanto para celebrar “la alumbrada de los muertos”.
En las tumbas colocan flores de cempasúchil y velas de parafina para poder alumbrar el regreso de sus familiares al mundo de los vivos. La actividad dura toda la noche del viernes y madrugada del 1 de noviembre.
Los pobladores de la comunidades expresaron que para ellos “es de suma importancia mantener las tradiciones”, por lo cual año con año acuden al panteón para dar la bienvenida a sus familiares, sin importarles las bajas temperaturas a las que se enfrentan o incluso a los gastos que ello representa, pues se tienen que comprar las velas, flores así como los alimentos que consumen durante la velada.