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Ver día anteriorDomingo 23 de enero de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Remesas: factor de estabilidad
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omo informa hoy La Jornada, en 2021 México captó remesas por un monto cuatro veces mayor que la salida de capitales a causa de la venta de posiciones de bonos del gobierno federal por parte de inversionistas extranjeros. De acuerdo con el Banco de México, el año pasado los tenedores foráneos vendieron deuda gubernamental mexicana por un total de 257 mil 601 millones de pesos, mientras que en noviembre las remesas ya sumaban 46 mil 800 millones de dólares y se estima que en diciembre habrían rebasado los 50 mil millones de dólares, es decir, poco más de un billón de pesos.

De acuerdo con una especialista entrevistada por este diario, no se puede subestimar la enorme diferencia entre la salida de capitales foráneos y la entrada de divisas a través de los envíos que los paisanos –en su abrumadora mayoría radicados en Estados Unidos– hacen a sus familias: al incrementar la cantidad de dólares en circulación en el territorio nacional, se favorece la estabilidad del tipo de cambio e incluso puede hablarse de un impacto positivo para contener la inflación que en los últimos meses se ha convertido en uno de los principales obstáculos para la recuperación económica a escala local y global.

Ya es bien conocida la importancia central de las remesas en el sostén de millones de familias mexicanas, así como su papel de impulsoras e incluso posibilitadoras del consumo en las zonas de la nación con mayor dependencia de estos recursos. En los pasados dos años, en que las actividades se han visto ralentizadas por la pandemia, la masiva afluencia de los dólares enviados por los paisanos mantuvo vivo el comercio y tuvo un efecto inapreciable en la resiliencia de las comunidades a este periodo de adversidad. Sin embargo, los datos expuestos arriba dejan ver que la relevancia de las remesas trasciende al ámbito de la microeconomía y se deja sentir a escala macroeconómica, con alcances que es necesario dilucidar.

Al mismo tiempo que obliga a valorar más que nunca el enorme aporte de quienes se vieron orillados a buscar oportunidades de vida y trabajo al otro lado de nuestra frontera norte, el balance de las remesas y las salidas de capitales debería empujar a la reflexión en torno a la lógica de atraer a cualquier costo (como elevar la tasa de interés de referencia para que el premio pagado aquí sea mayor al de otros países, con lo cual aumenta el costo del financiamiento para empresas y familias) una inversión extranjera altamente volátil y siempre presta a mudarse en coyunturas difíciles. Como muestra la actual experiencia, de estos capitales nómadas no puede esperarse ninguna lealtad, sin importar la cuantía de las ganancias recogidas por ellos en los años de bonanza.