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Petróleo para la transición energética
L

a Comisión de Energía del Senado de la República solicitó la comparecencia de Rocío Nahle García para dar cuentas sobre el estado y avance del programa de energía del gobierno federal. Los datos proporcionados por la titular de la Secretaría de Energía (Sener), no sólo dan una idea de las gestiones que se han realizado, proporcionó datos recientes que permiten concluir que el programa del gobierno avanza en la rehabilitación de la industria energética, devastada por la fraudulenta reforma energética de la administración anterior.

En el aprovechamiento de fuentes de energía paralelas, conocidas como limpias, se mencionaron algunas: termoeléctrica, ciclo combinado, turbogas, eólica, carboeléctrica, combustión interna, hidráulica, fotovoltaica, bioenergía, geotérmica, nucleoeléctrica y cogeneración (generación simultánea eléctrica y térmica). Es importante que haya resaltado que los beneficios del uso del litio, cuya explotación y transformación corresponden exclusivamente al Estado mexicano y a la industria nacional, sean para la nación.

Los reclamos de integrantes de la Comisión de Energía del Senado, no aceptan que el rescate de Petróleos Mexicanos (Pemex), sea útil. Lo consideran un despilfarro y una salida absurda al problema de la dependencia energética y al deterioro ambiental. Sin embargo, proponen que se retome la reforma energética peñista, pese a haber sido la causa principal de la ruina de la industria petrolera.

De acuerdo con la información dada en la comparecencia, la exploración y explotación de los hidrocarburos se restablecen, como se había planificado, pero con una nueva propuesta, buscando el aprovechamiento y ahorro posibles en el plan de extracción. Con esta medida, el abasto interno quedará cubierto, sin excluirse del mercado externo, además de cuidar y optimizar los recursos.

La extracción actual del crudo no quiere decir que se esté priorizando como única opción energética, se han tomado en consideración las diversas fuentes alternativas. Los ejemplos de la problemática en Europa por las decisiones unilaterales, como el uso exclusivo de determinado energético, han demostrado que el camino es aprovechar las vías posibles para proveerse de energía, constante, limpia y accesible y, además, aprovecharlas de manera alternada.

A pesar de los grandes problemas mundiales causados por eventos de años recientes, como las pandemias, los meteorológicos y tragedias sociales, todavía, algunos países, incluido México, no dejan de luchar por su soberanía energética, alimentaria y de otro tipo.

Un ejemplo de dichas tragedias sociales, es el despilfarro de las fuentes de energía para la fabricación de armas bélicas. El círculo viciado –sobreproducción, consumo exagerado, mayor oferta, libre acceso y necesidad creada– se ha convertido en un laberinto económico. La politiquería neoliberal ha gastado millones en justificar el armamentismo, pero va quedando claro que esta industria es un barril sin fondo y sin beneficio para nadie, excepto para los dueños de las fábricas.

Estos grandes distractores sociales han alejado a la mayoría de los países, pobres, ricos, belicistas, no belicistas y demás, de las tareas a favor del ambiente. Responsabilidades que se firmaron en documentos internacionales.

La víctima de esa tragedia provocada por el capitalismo o neoliberalismo, es la población mundial, todas las personas del planeta estamos siendo afectadas. Las doblemente víctimas han sido, especialmente, quienes perdieron la vida por defender el derecho a la tierra, al agua, a los recursos naturales y a una sociedad sin pobreza ni guerras.

Es por eso la importancia de dar pasos firmes hacia una economía limpia. La utilización de las fuentes de energía paralelas y menos contaminantes será posible si en este momento se aprovechan y se usan los hidrocarburos con suma responsabilidad. Los grandes intereses económicos que basan su riqueza en los recursos mineros, petroleros, acuíferos y otros, sin ninguna planificación para su explotación equilibrada, no podrán cubrir con dinero el alto costo que será el agotamiento de fuentes energéticas, hoy aún accesibles.

No es inútil la construcción de refinerías. No sólo necesitamos gasolinas. Desde la ciencia médica, hasta los festejos y rituales culturales, necesitan del petróleo y sus derivados. La producción de alimentos, la industrialización y la propia ciencia necesitan de los petroquímico, del gas y otros insumos provenientes de los hidrocarburos.

Y, como se ha venido afirmando, no sólo en la comparecencia de Nahle García, no es cuestión de ideologías, la industria petrolera la seguimos fortaleciendo porque nos conviene y porque su utilización permitirá dar pasos seguros en la transición energética y en el restablecimiento del equilibrio ambiental.

Twitter: @Antonio.Gershenson