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Los sintetizadores de Battles se transformaron en mantras que llenaron de paz el Indie Rocks
 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de marzo de 2020, p. 7

El dúo neoyorquino Battles se presentó en el foro Indie Rocks la noche del viernes. El recinto de la colonia Roma, con cupo para mil 500 personas, se llenó de jóvenes que desde temprano se dieron cita para no perder la oportunidad de escuchar a la banda.

El viaje sonoro se inició con la agrupación mexiquense Ikiatari, que con su math rock calentó el ambiente y dejó preparado al publico para Battles, pues, como es costumbre, ante la presentación de un talento extranjero, una banda nacional abrió el concierto, con la finalidad de compartir experiencias, así lo explicaron los integrantes de Ikiatari.

Estamos agradecidos por esta invitación y por convivir con Battles, aseguró Martha, baterista del grupo.

La primera canción que Battles tocó fue Fort Greene Park, de su más reciente disco Juice B Crypts, que puso a mover las melenas del público, que, codo a codo, se acercaba cada vez más al escenario.

Ese es el cuarto álbum de la banda, entre cuyas colaboraciones destacan de la cantautora estadunidense de funk rock Xenia Rubinos; del fundador del grupo de rock progresivo Yes, Jon Anderson; del dúo de hip hop Shabazz Palaces; de Prairie WWWW, y de músicos experimentales taiwaneses.

Battles se formó en 2002, pero debutó hasta 2004 con su EP llamado EP C. Grabó su primer disco Mirrored, con el ex integrante del grupo Helmet, John Stanier, proveniente del grupo noventero Don Caballero; Ian Williams, y con Tyondai Braxton. Fue producido por Keith Souza en los estudios Machines with Magnets en Pawtucket, Rhode Island Vio y vio la luz en 2007.

El tándem rockero llevó a los asistentes, como cuando un adulto ayuda a un niño en sus primeros pasos, por un camino de luz y música.

Ese día se celebraba el 13 del lanzamiento del videoclip Atlas, tema estandarte de Battles, incluido en su primer disco, Mirrored. Cuando sonó provocó una explosión de alegría entre sus seguidores y uno que otro se puso a bailar. Una mezcla de temas nuevos con los ahora clásicos fueron los ingredientes que pusieron magia a la noche.

Una de las canciones que arrancó suspiros fue Ice Cream, la cual cuenta con la colaboración del DJ germano-chileno Matias Aguayo. Es también el sencillo que articula su segundo disco, Gloss Drop.

En sus presentaciones en vivo, el grupo mejora sus canciones, con introducciones espontáneas y solos de guitarra que no aparecen en sus grabaciones. Un ejemplo es The Yabba, ejecución en la que Ian Williams prolongó los sonidos repetitivos de su sintetizador; éstos se percibían como mantras que llevaron al público a un estado de paz.

La rola encargada de despedir la noche fue Ambulance, también de su nuevo disco.