Opinión
Ver día anteriorDomingo 26 de enero de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Despertar en la IV república

Tiempos malos o crisis

Bajo la lupa

El abogado evangelista sionista Jay Sekulow se dice enviado por Dios para defender a Trump

José Agustín Ortiz Pinchetti
Alfredo Jalife-Rahme
De nuestras jornadas

Niños soldados

Desde otras ciudades

El renacer de Rijeka, una antigua urbe yugoslava que este año es Capital Europea de la Cultura

La Jornada Guerrero
¿La fiesta en paz?

José Adame, fiesta pasadora / Arturo Macías vuelve a la Plaza México

Cristina Pacheco
Leonardo Páez
Puntos sobre las íes

Recuerdos / Empresarios (CXXII)

Constructoras bien portadas
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os comentarios hechos ayer por el presidente Andrés Manuel López Obrador en torno a la participación y el comportamiento de las empresas privadas en la construcción de obra pública, induce a reflexionar sobre un tema que en México (pero no sólo en México) ha sido motivo de muchas discusiones y no pocos escándalos: los a menudo irregulares manejos de esas empresas primero para que les sean adjudicadas las licitaciones correspondientes, y luego durante el desarrollo de los trabajos que se comprometieron a hacer.

El Correo Ilustrado

Síndrome de Hibris

A

los dirigentes de Morena: yo, simpatizante del Movimiento de Reconstrucción Nacional, veo con tristeza y preocupación que algunos de ustedes padecen el síndrome de Hibris.

Retos para una economía política transformadora
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ebería ser evidente, pero no lo es. Sin un Estado capaz de articular la miríada de intereses que conforman la economía y, al mismo tiempo, promover, sostener y auspiciar, mediante la inversión y el gasto público, la inversión privada no hay posibilidad de cambio. Simplemente, nohay crecimiento económico, ni de la producción, ni del empleo. No puede haber desarrollo porque éste depende, en buena medida, del trabajo suficiente y bueno y de que el Estado produzca los bienes públicos indispensables para la vida de cualquier sociedad. Un Estado pobre no puede superar la pobreza de su gente. Sólo reproducirla.

Rolando Cordera Campos
El futuro del déficit fiscal en Bolivia
S

in lugar a dudas, desde el punto de vista macroeconómico una de las variables de las que más se hace seguimiento es el denominado déficit fiscal, que en términos sencillos es la diferencia entre los ingresos que percibe un Estado menos sus gastos efectuados en una gestión.

Rutina en Brasil: más desastres del gobierno de Bolsonaro
S

i 2020 empezó con el mandatario brasileño Jair Bolsonaro respaldando el asesinato del general iraní Quasem Soleimani por órdenes directas del presidente estadunidense, Donald Trump, lo que siguió confirma algo que desde que el ultraderechista asumió la presidencia se hizo inmutable: su personalidad, en la cual destaca un permanente desequilibrio con actitudes de sus ministros que impulsan una rutina de desastres y ridiculeces.

Luis Alberto Arce Catacora*
Eric Nepomuceno
Una mejor política energética
L

a decisión de no utilizar la técnica de la fracturación hidráulica ya ha sido tomada por el Presidente de la República. Se espera mayor información, por parte de la Secretaría de Energía para fundamentar la prohibición del fracking en México.

Dinámica económica de México: la sexta
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ecordemos. El Banco de México (BdeM) publica datos mensuales sobre la balanza de pagos. Entre ellos, el de remesas, componentes de la cuenta de ingresos primarios. Con las cuentas de bienes y servicios y la de ingresos secundarios, esa cuenta forma parte de la cuenta corriente de esa balanza. El Banco Mundial (BM)publica datos históricos y estimaciones prospectivas sobre los flujos de remesas, ingresos y egresos, en cerca de 220 países. Hay series históricas. Permiten ver tendencias.

Antonio Gershenson
José Antonio Rojas Nieto
Para una nueva declaración universal de los derechos humanos
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l gran filósofo del siglo XVII, Baruch Spinoza, escribió que los dos sentimientos básicos del ser humano (afectos, en su terminología) son el miedo y la esperanza. Y sugirió que es necesario lograr un equilibrio entre ambos, ya que el miedo sin esperanza conduce al abandono y la esperanza sin miedo puede conducir a una autoconfianza destructiva. Esta idea puede extrapolarse a las sociedades contemporáneas, especialmente en una época en la cual con el ciberespacio, las comunicaciones digitales interpersonales instantáneas, la masificación del entretenimiento industrial y la personalización masiva del microtargeting comercial y político, los sentimientos colectivos son cada vez más parecidos a los sentimientos individuales, aunque siempre sean agregaciones selectivas. Es por ello que actualmente la identificación con lo que se oye o se lee resulta tan inmediata (eso es precisamente lo que pienso, aunque nunca antes se haya pensado sobre eso), al igual que la repulsión (tenía buenas razones para odiar eso, a pesar de que nunca se haya odiado eso). De este modo, los sentimientos colectivos se convierten fácilmente en una memoria inventada, en el futuro del pasado de los individuos. Por supuesto, esto sólo es posible porque, a falta de una alternativa, la degradación de las condiciones materiales de vida se vuelve vulnerable a una reconfortante ratificación del statu quo.

En el mar... la vida es más sabrosa
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os que no se cuecen al primer hervor recordarán esa pegajosa canción que enaltecía los gozos que ofrece el mar, la playa, el calorcito. Nos vino a la mente en reciente visita a Huatulco, subyugante lugar de antigua historia que tiene el encanto especial de nueve bahías, cada una con su particular encanto.

Boaventura De Sousa Santos*
Ángeles González Gamio
Facetas y Alegría, de Mariana Yampolsky
Foto
El mandil, 1988. Captada en San Simón de la Laguna, estado de México. Foto Mariana Yampolsky
Te saludo nuevamente, Martín Ramírez
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esde 1989, cuando vi por primera vez una exposición de Martín Ramírez, he estado esperando la publicación de una biografía crítica suya que lo registre como artista y como hombre de su tiempo de manera conocedora, afectiva y permanente. Es decir, desde hace un par de décadas he estado esperando la aparición de Martín Ramírez: arte, migración y locura, el libro de Víctor M. Espinosa que por fortuna hoy finalmente está en mis manos, una oración atendida, el mapa de una vida y de una obra que, por mil razones y por miles de sinrazones me ha estado atrayendo, tentando, no sé por qué, pero sí sé para qué, para acompañarme, para hacerme estremecer y sonreír; para ilustrarme y para orientarme como brújula en medio de la noche o del silencio o de este oscilante vaivén de luz y de sombra que es la existencia, o la existencia de quienes, como Martín Ramírez, pasan por locos porque no se expresan en otro lenguaje que el propio; es decir, el propio del artista, ser sin límites, ser libre frente a todo tipo de amenazas de detenerlo, de callarlo, de minimizarlo, de malinterpretarlo, de encasillarlo.

Elena Poniatowska
Bárbara Jacobs
Judy
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ólo soy Judy Garland una hora cada noche; el resto del tiempo, sólo quiero lo que todo mundo quiere. Esta declaración –lacónica, exasperada– la profiere la célebre cantante, bailarina, actriz y memorable intérprete de El mago de Oz (Victor Fleming, 1939), ante el asedio inquisidor de un presentador de televisión. Y lo que la película Judy (2019), del británico Rupert Goold (True Story, 2015), refiere, a partir de la obra teatral End of the Rainbow, de Peter Quilter, es la amarga ironía y el catastrófico saldo físico y moral que significó para la estrella haberse visto obligada a ser, desde la infancia hasta el final de sus días, a los 47 años, el producto mercantil que Hollywood siempre quiso que fuera: la talentosa niña precoz sin una vida propia fuera del estudio de cine o la figura frágil pronto convertida en ídolo popular e icono gay, y objeto de tiránicas rutinas laborales sobrellevadas con el alcohol y las anfetaminas.

Carlos Bonfil