¿Nuestra generación ha sido fiel a sí misma?
Trump, a favor de decretar reducción de costos de medicamentos en Estados Unidos
Informe Bachelet
Una autopista exclusiva para bicicletas no es un lujo en la capital de China
¡Riiin, riiin!
De memoria gustativa y digestiva vigente
La balsa
Sebastián Ibelles, el don de no ser clon // Joya bibliográfica de obligada difusión
lentadora noticia es la dada a conocer por dos investigadoras del Departamento de Alimentos y Biotecnología de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quienes afirman haber desarrollado un método capaz de degradar, en cuestión de semanas, materiales plásticos cuyo proceso de desintegración en un ambiente natural tardaría muchos años. Las bolsas de plástico utilizadas normalmente en gran número en establecimientos comerciales, por ejemplo, están fabricadas con polietileno de baja densidad, pese a lo cual tardan alrededor de un siglo en descomponerse. En el caso de los recipientes plásticos, el periodo de degradación es mucho más largo: una botella de tamaño medio completaría el proceso en unos 500 años siempre y cuando estuviera a la intemperie; si se hallara enterrada, en cambio, ese lapso podría extenderse hasta mil años. Y se estima que una jarra de plástico de regular grosor duraría cerca de un millón de años.
Preocupante la presencia de sargazo en el Caribe
abrá algún estudio científico y serio sobre el cómo surge el sargazo y el por qué? No soy científico, pero si se encuentra la causa que produce la existencia de esta alga, tal vez encuentren el remedio. Lo cierto es que al océano va a parar toda una serie de sustancias químicas diversas como las usadas para una mayor producción en el campo, las utilizadas en la minería a cielo abierto y en el fracking, método utilizado para extraer gas o petróleo de rocas fósiles, además de los plásticos y desechos provenientes de las ciudades. Lo que el mar está diciendo es que ya se pare de contaminar y vertir sustancias que forman bacterias que al mezclarse se hacen cada vez más fuertes o resistentes. Cuando una parte de la naturaleza enferma, enfermamos todos.
n el caso de la Policía Federal y la Guardia Nacional, el recuento de agravios es abrumador, pero no debería obligarnos a detenernos y cambiar nuestra atención de lo importante que es el ejercicio del poder. El análisis de los asuntos públicos, al que muchos de nosotros dedicamos buena parte de nuestro tiempo, reporta turbulencias y opacidades una tras otra, por lo que tratar de trazar mapas para su entendimiento puede parecer tarea fútil. No lo es, por supuesto.
ay cambios que se deben realizar para mejorar el funcionamiento del gobierno de la Ciudad de México y creo que nadie imputa gratuitamente a gobiernos neoliberales el sistema de falsedades que nos impusieron durante años. Como por ejemplo, las mentiras oficiales que fueron constantes y crecientes a escala nacional.
ndrés Manuel López Obrador sigue gozando del apoyo mayoritario pues el pueblo mexicano no quiere volver al régimen de la oligarquía y del PRI-PAN-PRD y sus secuaces, pero ya no despierta las mismas esperanzas que antes y en ciertos sectores asoma incluso la decepción.
un año de las elecciones y a siete meses de la administración de López Obrador hay que reconocer aciertos, errores, cambios de rumbo, rectificaciones.
l 12 de octubre de 2014 se realizaban las más recientes elecciones generales en Bolivia, donde el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Evo Morales conseguía 61 por ciento de los votos.
ocos edificios están tan ligados a nuestra historia como Palacio Nacional. Se reconstruyó sobre las que habían sido las casas del emperador Moctezuma, que en realidad era un fastuoso palacio, en el que cuentan las crónicas que habitaban cerca de mil personas. Tras la conquista, ya hemos comentado que se las adjudicó Hernán Cortés, ya vislumbrando vendérselas algún día a la Corona, para que fuera la sede del gobierno virreinal, lo que efectivamente realizó su hijo Martín Cortés. Después de la Independencia se convirtió en Palacio Nacional y así, desde su nacimiento hasta la fecha, ha venido siendo el símbolo del poder político de México.