Jerusalén. El fiscal general de Israel anunció este jueves que pretende acusar al primer ministro Benjamin Netanyahu por cargos de corrupción, a sólo seis semanas de una elección nacional muy disputada.

Sobre Netanyahu pesan cargos de soborno, fraude y abuso de confianza que podrían tardar meses en llegar a sentencia, algo que podría ocurrir tras las elecciones del 9 de abril. El gobernante se dijo objeto de una cacería de brujas para sacarlo del poder, al dirigir un mensaje a la nación en el cual declaró su esperanza de ganar un cuarto mandato consecutivo en los comicios.

Por otra parte, una comisión investigadora la Organización de las Naciones Unidas (ONU) concluyó que la represión a manifestaciones palestinas en Gaza durante 2018 es algo muy semejante a crímenes de guerra o de lesa humanidad, lo que según el gobernante es evidencia del odio que el organismo tiene hacia Israel.

Santiago Cantón, presidente de la comisión investigadora de la ONU, explicó en Ginebra que aunque las manifestaciones palestinas en Gaza no eran pacíficas eran esencialmente de naturaleza civil, pues sus participantes no iban armados y existen motivos razonables para creer que francotiradores de élite israelíes dispararon contra periodistas, personal de salud, niños y personas discapacitadas, sabiendo que eran claramente reconocibles como tales.

Netanyahu rechazó el informe y publicó en Twitter que la comisión de la ONU establece nuevos récords de hipocresía y de actitud falaz, motivada por su odio obsesivo a Israel.

El gobierno israelí mencionó también su derecho a defenderse de las actuaciones del movimiento islamita palestino Hamas, que gobierna en la franja de Gaza, el cual, por su lado, reclamó que la comunidad internacional haga rendir cuentas a Israel por crímenes de guerra.