Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 18 de octubre de 2015 Num: 1076

Portada

Presentación

El cine y sus propiedades
Juan Ramón Ríos Trejo

William Lindsay Gresham
y lo grotesco

Ricardo Guzmán Wolffer

Brevísima antología
de la tuiteratura

Ricardo Bada

El vasto Orinoco
Leandro Arellano

Lucinda Urrusti, pintora:
retrato de una época

Elena Poniatowska

Hugo Gutierrez Vega:
el actor y el poeta

Vilma Fuentes

ARTE y PENSAMIENTO:
Tomar la Palabra
Agustín Ramos
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Prosaismos
Orlando Ortiz
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
@JornadaSemanal
La Jornada Semanal

 


La forma literaria del futuro será el fragmento, decía W. Benjamin.

Ricardo Bada

Las redes sociales son el sida virtual, no las usen nunca sin algún tipo de condón. (Este es un tuit o trino que les brindo gratis a los tuiteros que eventualmente me lean acá: son 83 caracteres si lo pasan como propio, 98 si me dan el crédito).

Pero entre las redes sociales hay una, Twitter, la cual, a despecho de la mala fama que tiene, ha logrado generar un nuevo espacio para la literatura, y para algunos incluso un cierto tipo de literatura de nuevo cuño. Así lo cree y así lo formula Vicente Luis Mora (@MoraVicenteLuis): –La tuiteratura es literatura, porque los problemas de validez y legitimación que genera son los mismos que los de la literatura tradicional.

Sin embargo mi buen amigo Daniel Samper Pizano dice que Twitter –es un medio de comunicación para quinceañeros–, con lo cual resulta que está tratando de quinceañero a su hijo Daniel Samper Ospina, un tuitero avant la lettre que ya lo hizo abuelo una vez más.

Me apoyo ahora en un tuit de @Subtitulada (–Uno siempre tiene a un par de twitteros a los que considera una lectura obligada–) para hablarles de mis observaciones llevadas a cabo en el mundo Twitter, desde el lejano día en que Héctor Abad Faciolince me anunció que lo habían convencido de que abriese una cuenta T y me pasó la dirección, @hectorabadf, para que también pudiera leerle en ese formato. Desde entonces, y dedicándole una hora diaria de rastreo a la red, me he ido convirtiendo en una especie de Olivier Messiaen de Twitter, y los melómanos entre ustedes habrán captado enseguida la referencia culta al Catalogue d’oiseaux (Catálogo de pájaros), una obra capital en la pianística del siglo XX.

Porque sí, mi actividad ha sido tanto ornitológica como musical. Descubrir especies de pájaros trinadores, y cuáles de ellos trinaban mejor, para darlos a conocer urbi et interneti. Y es que en Twitter hay de todo, como en botica, y si bien hay bastante Purgatorio, harto Limbo y, como en el mundo dantesco, una enormidad de Infierno, no es nada desdeñable la porción de Paraíso.

Vaya por delante, eso sí, que no soy tuitero ni quiero serlo, por ser lobo solitario y abominar de todas las redes, en especial de la que bauticé como Scarfacebook; ¡Bada retro! Pero he tenido que reconocer que en Twitter se ha gestado algo que vale realmente la pena, es un espacio de creación que no puede dejarse a un lado así como así. Y hoy por hoy, gente como Ángeles Mastretta, Carmen Boullosa, Margo Glantz, Héctor Aguilar Camín, Juan Villoro, Alberto Chimal, Fernando Vallejo, Héctor Abad Faciolince, Ricardo Silva Romero, Nélida Piñón, Edmundo Paz Soldán, los ya fallecidos Óscar Collazos y Eduardo Galeano, y qué sé yo cuántos, cuantísimos más, avalan con su presencia en esa red que allí se está cociendo un puchero de lo más sabroso.

Hay escritores como Rogelio Guedea, profesor universitario en Nueva Zelanda, columnista de este suplemento, que ya empezaron a escribir relatos en trinos, consiguiendo además hacerlos interactivos con sus lectores:

@rogelioguedea :Hay bibliotecas que tienen más personal que libros.

La bibliotecaria de esta biblioteca llegó, se quitó las chancletas de horcapollo y se puso unos tacos de plataforma, como queriendo modelar.

Le sacaría una foto a los tacones altísimos de la bibliotecaria pero me está mirando con unos ojos que no sé si son de odio o de lascivia.

Creo que la bibliotecaria y yo hacemos “química”, ya empieza a distraerme su mirada. No me concentro en la lectura. Qué irá a pasar.

La bibliotecaria de tacones altísimos se ha quitado el chalequito café y ha dejado al descubierto un inusitado escote. No me concentro.

Ahora la bibliotecaria se ha encajado el Ipod en medio del escote. Los consejos de Séneca se han diluido. No sé que pueda pasar. Me mira.

Tengo intenciones de levantarme y besar a la bibliotecaria. Estoy indeciso. Qué pensaría mi mujer.

@bernardoruiz : Resiste. Luke, use the Force! Ve y solicita la Consolación de la filosofía, que está dos estantes más abajo.

@rogelioguedea : ¡Creo que ni las sirenas podrían salvarme de la bibliotecaria!

@bernardoruiz : Reza: “Y déjanos caer en la tentación, mas líbranos de mal. Amén.”

@rogelioguedea : Justo lo que necesitaba.

En el primer tercio del siglo pasado, Walter Benjamin (1892–1940) ya cavilaba que la forma literaria del futuro sería el fragmento. La red social Twitter, seguramente sin darse cuenta de lo que hacía –y qué, si así fuese–, endosó esta conjetura del malogrado pensador alemán.

Obligando a sus usuarios a ceñirse al formato de los 140 caracteres (incluidos los espacios en blanco), Twitter les entregó a sus miembros un cheque de creatividad, también en blanco, que muchos han sabido aprovechar para crear lo que considero un nuevo espacio literario. Espacio y no género, donde conviven desde el aforismo puro y duro hasta la teología de batalla, pasando por el erotismo más refinado y las intertextualidades más creativas: –Y yo que me la llevé al río, creyendo que era cerquita–, –Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pero no encuentro las gafas–, –Una de las posturas más refinadas pero también más difíciles del Kamasutra consiste en ver la paja en el ojo ajeno–, –La Naturaleza limita al Arte–, y esta, de veras insondable: –Si Dios no existiera, habría que intentarlo–.

Fue nada menos que Karl Kraus [1874–1936] quien se diría que hubiese preconcebido la existencia del tuit, ¡incluyendo hasta la imagen del protagonista del trino!, con uno de sus aforismos más afortunados: –Una idea nueva debe formularse como si el proverbial pajarito se hubiese olvidado de contárnosla–.

Después de casi cinco años de trabajar intensamente en el rastreo de la red, me animo a ofrecerles la antología que sigue, haciendo hincapié en el hecho de que sólo incluye 7 mil 225 espacios destilados de un total de más de 1 millón 200 mil. Quiere decir que podrían hacerse igualmente varias antologías más, y todas al mismo nivel de calidad. Ésta, para que no queden dudas, es la mía:

¿Que nada más debe tener 140 caracteres? ¡En 140 caracteres cabe un enlace y por lo tanto, potencialmente, todo el mundo! (@Afelia=Marina Weisband, del partido alemán Los Piratas, con esta singular versión del Aleph, de Borges)

La sutileza de los insultos femeninos: “Estás muy bonita hoy. No te reconocí.” (@lauritagarcia)

Enamorarse es grave. No lo digo yo, lo dice la ortografía. (@Inefable)

Mi reloj de arena se detuvo y anda ahora de incógnito en la playa. (@josetenene)

¿De quién es esa boquita? ¿De quién esos ojitos? ¿De quién esas manitos?

Qué desorden en esta morgue... (@GotadeCafe)

Debe ser devastador llevar a tu pareja el desayuno a la cama y encontrarla con otra persona y que no hayas hecho café suficiente para tres. (@HugoBonet)

A mí los hombres guapos como George Clooney o Brad Pitt no me caen mal.

Deseo su extinción fulminante, ok, pero sin ningún tipo de acritud. (@MoraVicenteLuis)

Cuando me levanto parezco Uma Thurman en Pulp Fiction. Después de la sobredosis. (@flamingowurst, citada por @soyofav)

Últimamente escucho gritar más fuerte mi nombre en los moteles que en las iglesias. (@Dios_Padre)

La vida sin té no tiene sentido. (@RbkMej)

En una oferta de servicios eróticos de un diario de Barcelona: “Excelente relación calidad–precio”. ¡Ah, Catalunya inmortal! (mío, citado por @carmenboullosa)

El colmo del nihilismo sería creer que en la vida no hay nalga que valga la pena. (@LeonGil2011)

Mi novio es bien deshonesto; tantos años haciéndome creer que las cosquillas son orgasmos. De no ser por su hermano, seguiría engañada. (@lacamesi)

Casilla de inmigración, Milán. “Y usted, siendo colombiano, ¿por qué es blanco?”

“Porque hay una puta lombarda en mi árbol genealógico.” (@hectorabadf)

Sembrar un árbol, tener un hijo, escribir un libro. El árbol es para ahorcar al hijo cuando se ría del libro de uno. (@Sal-cedoRamos)

Ya me he vuelto a dejar la paz interior en el otro bolso. (@ncasiopea)

La sombra es la noche para llevar. (@MerlinaAcevedo)

En las más recónditas profundidades de la selva amazónica, alejadas de todo, viven personas que jamás en su vida han visto un psicólogo. (@Mic_y_Mouse)

De tal falo, tal ladilla. (@eldelmonton)

Me dejaron plantada. Con la consecuencia lógica: florecí. (@anacrisrestrepo)

Hoy explicamos cómo elaborar licor casero con las lágrimas de tu ex. (@AlainDelonce)

A mí en los aviones se me olvida completamente que no creo en Dios. (@animesa)

“Soy el Mozart de los blogs”. (@azableh)

“¿Y cómo se llama tu hijo, querido Leopoldo?” (@andrewholes)

No dejo que me abras la blusa para que me toques las tetas, sino para que veas el espacio en el que vives. (@hartatedemi)

No sé cómo habiendo tantos errores yo sigo cometiendo el mismo. (@juanalajirafa)

Al ver al Caballero de la Triste Figura, Aldonza Lorenzo tomó un curso de Photoshop. (@Guashabita)

En vista de que me puedo encontrar al vecino chévere en cualquier momento, he decidido seguir bajando al perro en baby doll y tacones. (@verozco)

Yo me casaré con el hombre que me diga tiernamente: “Amor, tus calzones son el paracaídas de mi alma”. De lo contrario ni me hagan ojitos. (@MisCalzones)

Prefiero darte las nalgas y saberme puta, que darte el corazón y saberme pendeja. (@dimecarlota)

Ella no es perra, lo que pasa es que tiene un clítoris sociable. (@RubiaConCerebro)

Sabes que el sexo fue bueno cuando te sacan del motel en silla de ruedas. (@Fulania)

@rogelioguedea: Cuánto no mejoraría el cine mexicano si los guionistas supieran escribir diálogos que no parecieran entre extraterrestres.

@luistovars: No ofendas a los extraterrestres, mi hermano.

Yo de menor quiero ser como Audrey Hepburn. (@mariapazruiz)

Me gusta mirarte mientras te desvestís, prenda a prenda: estrellas, luna, oscuridad... hasta que amanece. (@jromagnoli)

El Vaticano está en contra del alquiler de vientres, menos mal que no tenía esa regla cuando nació Jesús. (@Nicrand)

Jesucristo salía siempre con 12 hombres y una sola pros-tituta, María Magdalena.

Mucho hijo de dios, pero como organizador de fiestas, nulo. (@nochedeperros)

Conocí a una poeta que era la musa de sí misma. Y su única lectora. Un caso límite de amor propio. (@nenecaca)

Díganme cuáles son las formas de hacer llorar a diosito, porque a los niños del África le resbalan. (@DarlesCharwin)

Mi supervillano favorito es Dios. (@Boris_Grushenko)

No le crean a la Iglesia, si yo no quisiera que se masturbaran les habría dado brazos más cortos. (@Dios_Padre)

La variante etílica: –Estas son las margaritas / que chupaba el rey David, / hoy por ser tu aniversario / las chuparemos por ti– (mío, citado por @Annia_Sarahi)

Soy tan ecológica que voy a reciclar tu recuerdo. (@todoalnatural)

Los mayas nos enseñaron a perder nuestra virginidad lo más pronto posible si no queremos morir sacrificadas. Chicos listos. (@maire_wink)

Tienes una cara excelente para la radio. (@zafiroorozco)

Me acuerdo de ese comentarista deportivo que definió a un boxeador diciendo que tenía su talón de Aquiles en la ceja derecha. (@luismiguelere)

Compré unas baterías y vinieron con un vibrador. (@gre_cia_m)

Nuestra noción del amor imposible sería distinta sin Ingrid Bergman y Humphrey Bogart abandonándose en Casablanca. (@magamastretta)

Como le diría Bogey a la Bergman [en Casablanca], cuando desaparezcan los tuits:

–Siempre nos quedará Cervantes”. (Rolando Hinojosa, citado por @hectorabadf)

Me gustaría que esta amplia exposición del mundo tuitero les despierte la curiosidad por apuntar sus catalejos a algunas de sus colmenas y comprobar que allí bullen, además de una infinidad de zánganos, una auténtica Corte del Rey Arturo, Damas y Caballeros de una Tabla Redonda, laboriosos obreros y abejas reinas que producen –blanda cera y dulce miel.

Y además de los enlaces que ya van citados en el texto, les recomiendo expresamente estos otros dos: para conocer a una tuitera mexicana con alto pedigrí, https://twitter.com/AlmaDeliaMC/with_replies  Y¡ pa gosá! con las siete sextuiteras más famosas de la red, http://www.sinembargo.mx/27-04-2012/215784