Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 2 de noviembre de 2014 Num: 1026

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Robert Howard,
Lovecraft y
Solomon Kane

Ricardo Guzmán Wolffer

La precursora
Doña Sebastiana

Fabrizio Lorusso

Buganvilia
Leandro Arellano

Margo también recuerda
Adriana Cortés Koloffon
entrevista con Margo Glantz

Henri Matisse: el ritmo
del movimiento detenido

Germaine Gómez Haro

Terry Bozzio, baterista
Saúl Toledo Ramos

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Columnas:
Perfiles
Gaspar Aguilera Díaz
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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Alonso Arreola
Twitter: @LabAlonso

Adiós Jack Bruce, bajista con crema

Se llama “For Jack” y sólo dura dos minutos con treinta y dos segundos. Ejecutada con guitarra electroacústica y algunos murmullos en la voz, esta sentida composición de Eric Clapton resulta tierna y esperanzadora más que triste; parece un mensaje cifrado para el recién fallecido amigo Jack Bruce, compañero en tres discos con Cream y cientos de batallas escénicas. “Con gran tristeza nos hemos enterado de que Jack Bruce murió esta mañana en su casa de Inglaterra. Él fue un gran músico y compositor, una tremenda inspiración para mí”, publicó el guitarrista en su sitio de Facebook el 25 de octubre pasado. Palabras similares a las de Ginger Baker, baterista del grupo que dinamitara la escena del rock-blues psicodélico a finales de los sesenta: “Estoy muy triste por enterarme de la pérdida de un hombre fino, Jack Bruce… Mis pensamientos y deseos están con su familia en estos tiempos difíciles”, publicó en un sitio de internet.

Precisamente su familia compartió un mensaje ante el suceso provocado por cáncer de hígado (tenía setenta y un años): “Con gran tristeza nosotros, la familia de Jack, anunciamos su muerte. Esposo, padre, abuelo y leyenda, el mundo de la música será más pobre sin él, pero vivirá en sus canciones y por siempre en nuestros corazones.” Esto fue antes de que Ringo Starr dijera en Twitter: “Hoy perdimos a Jack Bruce, un músico y escritor increíble, un buen amigo, amor y paz para toda su familia.” Pero ningún mensaje fue más atinado que el de Flea, bajista de los Red Hot Chili Peppers: “¡Oh hombre! Jack Bruce. Es demasiado. Wow. Santo cielo. Amo a ese tipo. Único en su grandeza. El fin de una era.”

Y claro que era un artista único y que marca el fin de algo importante. En poco más de dos años al lado de Clapton y Baker vendió 35 millones de copias y recibió el primer Disco de Platino que entregó la industria discográfica. Algo relevante, además, es que fue la pluma central del trío. A él debemos la sustancia de temas como “Sunshine Of Your Love”, insignia del rock que tomó la escala de blues para crear un riff memorable: re, re, do, re, la, la bemol (esta alteración es la llamada nota blue), sol, re, fa, re. Una frase que de inmediato nos manda a la época de los power trios, de las primeras estrellas del género.

Dicho lo anterior, parece insoslayable recomendar a nuestros lectores del domingo acercarse a este hombre que, además de bajista, fue un gran cantante, chelista, armoniquista y pianista. Involucrado con bandas de rock, jazz y blues, tras la separación de Cream en 1968 editó catorce álbumes en los que invitó a grandes músicos y amigos. Es igualmente interesante ir hacia atrás, antes de su fama. Hablamos de cuando tocaba en los proyectos de Alexis Korner (en cuyo grupo coincidió con Charlie Watts, futuro baterista de Rolling Stones) y del organista Graham Bond, donde alternó por primera vez con Ginger Baker y John McLaughlin. Entonces tocaba el contrabajo. Poco después entró al conjunto de John Mayall and the Bluesbreakers, donde conoció a Eric Clapton, y cambió al bajo eléctrico. Después comenzó su escalada definitiva con Manfred Mann y, en 1966, con la fundación de Cream, con quienes se reunió en 2005 para sonar en el Royal Albert Hall de Londres y el Madison Square Garden (pietaje que se puede ver en internet).

Invitado a colaborar en proyectos de Lou Reed, Carla Bley, Frank Zappa, Ringo Starr Soft Machine y muchos más, el bajo y garganta de John Symon Asher Jack Bruce eran solicitados por su eficiencia y creatividad, pero sobre todo porque al sonar imprimían un sello específico, un rasgo de imperfección en donde no había virtuosismo sino fuerza legítima y candente. Nacido en Escocia en el año ’43 (como cuarenta y tres son los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos y a quienes debemos recordar ante la menor provocación del pensamiento), Jack vivió el tiempo suficiente para ser parte de los grupos Lifetime (con Tony Williams, John McLaughlin y Larry Young), West, Bruce & Laing (con Leslie West y Corky Laing), Bruce, Phillips & Hymas (con Simon Phillips y Tony Hymas), Jack Bruce & Friends (con Billy Cobham, David Sancious y Clem Clempson), A Gathering of Minds (con Billy Cobham, Allan Holdsworth, Didier Lockwood y David Sancious), BBM (con Ginger Baker y Gary Moore) y hasta de una de las reencarnaciones de la Mahavishnu Orchestra con John McLaughlin.

Para conocer su obra a fondo no hay nada mejor que el box set con seis discos Can You Follow?, editado por Esoteric en Inglaterra, así como el libro Jack Bruce The Authorized Biography, escrito por Harry Shapiro (2010), y el documental Jack Bruce, The Man behind the Bass (2012), producido por la BBC escocesa. Su último disco fue Silver Rails (2014). En él participan su esposa e hijos. Descanse en paz un titán de las cuatro cuerdas. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.