Los presuntos delincuentes tenían en su poder 9 armas largas, 15 chalecos balísticos, 12 cascos tácticos, 21 cargadores y 2 mil 18 cartuchos de diversos calibres.
Desde prisión continuaban teniendo relación con sus grupos delictivos y amenazaban funcionarios. Se acordó con autoridades de EU que no se aplicara la pena de muerte a ninguno de los 55 delincuentes entregados.