Los comicios se celebraron en el marco de una crisis caracterizada por la escasez de combustible, la escalada del precio de los alimentos y la falta de empleo.
El ex presidente boliviano señaló que no tiene un plan B y que disputará las elecciones del 17 de agosto por la minoritaria fuerza Frente para la Victoria.
Si ningún candidato obtiene una mayoría clara en las urnas el próximo gobierno no tendrá la musculatura para encarar reformas de fondo que necesita la economía.