La representante de Georgia se ha negado a ceder en el asunto y ha acusado a la Casa Blanca de cometer un “enorme error de cálculo” al desestimar la saga como un “engaño demócrata”.
Marjorie Taylor Greene, quien no oculta su afinidad con el movimiento de conspiración QAnon, tuiteó el domingo pasado que las elecciones del Senado en Georgia fueron fraudulentas.