Alto Lucero, Ver. Cientos de personas despidieron a Paquita la del Barrio con música de mariachis, rezos, porras y llanto, en el municipio de Alto Lucero, Veracruz, la tierra que la vio nacer.

Los hijos de la cantante, así como familiares, amigos y personas que la conocieron desde pequeña llegaron a la iglesia de Cristo Rey, de un pueblo incrustado entre las montañas.

A modo de homenaje, el ayuntamiento entregó a los deudos un reconocimiento para Paquita, en donde se destaca la labor artística y social que realizó en vida la cantante.

Viola, hermana de la artista, la despidió cantando y recordando cuando ambas conformaron el dueto de Las Golondrinas y recorrieron escenarios en varias partes del país.

Las cenizas de Paquita descansarán este miércoles en Alto Lucero, para posteriormente viajar a la Ciudad de México, donde se le ha preparado otro acto en su honor.

Paquita se fue de Alto Lucero, pero Alto Lucero nunca se fue de Paquita.

A pasos cansados, muchos con sombrero para trabajar el campo, personas de la tercera edad llegaron a la plaza principal del pueblo para decirle adiós a quien conocieron antes de que se hiciera famosa.

Con una sonrisa en el rostro, Augurio Castillo recordó cómo la pequeña Francisca gustaba montar a caballo mientras cantaba para ir a cortar mangos.

En su memoria prevalece la voz entonada de la joven Paquita, mientras que de la mujer ya adulta y en lo alto de su carrera, revive los momentos en los que le invitaba a su casa para compartir tragos y anécdotas.

“Yo las llevaba en el caballo a cortar mangos, era muy tranquila, amistosa con toda la gente, puro cantar en el camino, le gustaba mucho cantar”, relató.

El carácter humilde y amigable que todos resaltan de Paquita coincide con lo dicho por su hijo Javier, quien expresó que su madre siempre tuvo un cariño especial por su lugar de nacimiento.

Paquita, a pesar de la fama y el éxito, siempre tuvo presente su origen humilde en donde cortaba leña para ayudar a su padre a hacer fuego en la casa que habitaban junto con sus hermanos.

“Paquita se fue de Alto Lucero pero, hasta el último día de su existencia Alto Lucero nunca se fue de Paquita la del Barrio, Alto Lucero nunca dejó a Francisca Viveros, porque Francisca Viveros es Alto Lucero”, recordó Javier durante el homenaje a su madre.

De un pequeño pueblo de Veracruz a los grandes escenarios de México, la mayoría de las personas coinciden en el incomparable legado cultural que deja Paquita la del Barrio a su partida.

Mujeres que dedicaron sus canciones a las ratas de dos patas y hombres que la escucharon llamarlos cientos de veces lo inútiles que eran, dijeron adiós a Paquita, en su urna, con un beso.