La Secretaría de Transportes del gobierno de Estados Unidos notificó, aún de manera extraoficial, a la Secretaría de Relaciones Exteriores que la próxima semana se formalizará el regreso de México a la Categoría 1 de seguridad aérea, la cual le fue retirada desde mayo de 2021, informó el presidente, Andrés Manuel López Obrador. Es una buena noticia que se concretó porque se cumplieron con todos los requisitos necesarios.

Durante su conferencia, alertó que en la actualidad, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) está operando en condiciones muy riesgosas por la saturación que registra, pues está funcionado a 150 por cientode su capacidad. Acusó a las aerolíneas de incumplir el acuerdo de trasladar paulatinamente vuelos al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y de ejercer presiones en vísperas de cumplirse el plazo de octubre”.

El mandatario explicó que su gobierno accedió a prorrogar este traslado, no por las presiones, sino porque siempre escuchamos, siempre dialogamos. Detalló que el almirante (Carlos Velázquez Tiscareño, director del AICM) le comentó que las empresas estaban dispuestas a cumplir en la nueva fecha (enero de 2024) porque ya tenían vendidos boletos para diciembre, que es la temporada alta.

López Obrador alertó que a fin de año se intensifican las operaciones aéreas por lo que “tenemos que cuidar el aeropuerto de la ciudad, una sobresaturación y –toco madera– algo más grave”. Sin embargo, se establecieron dos condiciones: que las aerolíneas notifiquen ya cuáles vuelos serán trasladados al AIFA (y si pueden anticipar el cambio de algunos) y analizar la posibilidad de reprogramar algunas de sus operaciones para realizarlas durante la noche, que no está cargado el AICM.

Aseveró que algunas de las objeciones que tienen estas empresas tienen motivaciones políticas, recordó que Vicente Fox entregó Mexicana de Aviación a Gastón Azcárraga, cuya administración quebró la empresa.

Posteriormente, “Felipe Calderón entregó Aeroméxico a quienes le ayudaron en el fraude electoral –no voy a dar a conocer los nombres– aun cuando ya ni siquiera supieron administrarla bien y actualmente la mayoría de la empresa está en manos de un fondo de inversión extranjera. Yo intervine para que siga llamándose Aeroméxico porque es una línea nuestra y, aunque nuestro vino sea agrio, es nuestro vino. Pero son muy prepotentes”.