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Las películas deben hablar de lo que todos quieren olvidar, sugiere el iraní Ali Abbasi
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Araña sagrada, tercer filme del cineasta Ali Abbasi, se basa en la historia de un criminal que asesinó a 16 trabajadoras sexuales.Foto grama cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Miércoles 3 de mayo de 2023, p. 9

Durante 2000 y 2001, el iraní Said Hanaei asesinó a 16 mujeres en la ciudad de Mashhad. Esos hechos lo convirtieron en el criminal más notorio de su país y fue apodado por la prensa El asesino de arañas, pues sus víctimas eran trabajadoras sexuales a las que atraía a su casa para estrangularlas y luego arrojaba sus cuerpos a lotes baldíos. El cineasta Ali Abbasi filmó su tercera película basándose en esa historia.

“Las películas deben ser como una piedra en el zapato. Esta fue una historia que creo que el gobierno iraní y el establishment, incluso los medios, querían olvidar. No digo que fuera una conspiración ni nada de eso, sólo que fue algo de lo que nadie quería hablar”, explicó el realizador en entrevista. Araña sagrada, como fue llamada la cinta de Abbasi, tenía esa intención.

Es violenta, puedes ver lo peor de la naturaleza humana frente a ti, tanto en la manera en que él mató a esas mujeres, como en la forma en que sus familias, la sociedad en general y el gobierno reaccionaron: la lista sigue, señaló Ali.

Pero más que morbo, lo que motivaba al director era una suerte de enojo. “Creo que me enfureció. Cada vez que hago una película, viene de un lugar de ira. Cuando hice Border (ganadora de la sección Una cierta mirada en el Festival de Cannes 2018) estaba muy expuesto a ver mujeres hermosas con grandes pechos y a hombres musculosos ser presentados como la norma, y en realidad la gente se ve distinta”.

Su segundo largometraje, conocido en Latinoamérica como Criaturas fronterizas, narra la historia de una agente de aduanas con un extraordinario sentido del olfato y una apariencia que la orilla al aislamiento social. “En este caso (Araña sagrada) era una ira diferente, moral. Y honestamente creo que es interesante hablar de la violencia, porque siempre está esta dualidad de cómo se lidia con ella”, detalló Abbasi.

Sin embargo, ante un tema como el del asesino serial de Mashhad, había aspectos difíciles de retratar. No creo que haya una manera de quitar el aspecto de la violencia. Hay una clase de cosa no lógica cuando alguien es golpeado en la calle. Creo que la primera reacción de la gente es mirar, es como la gente que ve a los demás desnudos porque es algo que no se ve normalmente, señaló, pero tratamos de ser delicados con eso, y tratamos de ser conscientes pero no censurarla o hacerla atractiva. Creo que eso también es importante.

Su manera de resolver esa violencia fue que la gente sintiera el escalofrío y lo sangriento. También por eso las escenas de estrangulación tienen algo frío, no son suaves, incluso son torpes de alguna forma. Siempre fue importante no hacerlas muy emocionantes, porque quería que la gente recordara que esto es algo que lastima, no algo emocionante y con buena música en un país exótico en el que matan gente, explicó Ali.

La atracción de Ali por el tema de la violencia, considera el cineasta, proviene de haber crecido en un lugar como su país de origen. “Supongo que en países como Irán, o tal vez México, hay un contexto muy específico. Creces con mucha violencia en la sociedad, con políticos corruptos y no sabes qué es qué. Así que o te vuelves parte de esto (‘y todo es posible, es relativo, voy a vivir mi vida’) o te vuelves exactamente lo opuesto, que es en lo que yo realmente quiero insistir y mostrar”, sostuvo.

Como iraní que vive fuera de su país, Abbasi considera que Araña sagrada ha hecho una propuesta distinta a la que prolifera dentro de las fronteras de Irán. Creo que esta es una de las pocas películas, que yo sepa, que trata de recrear al ser humano. Y tratamos de mantener el realismo, poner atención a los detalles, para que realmente veas que ese lugar ha sido Irán, porque también ha habido ciertos intentos que son muy escandalosos para ser tomados en serio. Tratan de romper el tabú, pero cinematográficamente hablando, el nivel es muy bajo. Más que transgredir el statu quo o hacer una película llamativa, Ali sentía que era inapropiado temer a la censura. Creo que eso hizo ésta muy distinta de muchas otras películas.