Opinión
Ver día anteriorDomingo 18 de diciembre de 2022Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Aftersun
A

los 31 años, Sophie (Celia Rawlson-Hall) revive los últimos momentos que pasó a lado de Calum (Paul Mescal), su padre desaparecido veinte años atrás. Por medio de fotografías y algunos videos amateurs, la joven recuerda las breves vacaciones que compartió con él a los once años en un complejo turístico de Turquía poco después de que Calum se acabara de divorciar. Este último había cumplido apenas 30 años, atravesaba por una severa crisis existencial, y a los ojos de los demás pasaba por ser el hermano de su hija Sophie (Frankie Corio), con quien se esforzaba en mantener una singular relación de camaradería. Aunque Aftersun (2022), primer largometraje de la escocesa Charlotte Wells, construye su trama a partir de los recuerdos de la propia directora y guionista, quien a la misma edad de la protagonista también realizó un viaje a Turquía en compañía de su padre, la cinta no se asume como un recuento autobiográfico, al menos no en un sentido convencional, sino como una introspección emocional que recurre a la remembranza de fuertes vivencias infantiles para conferirles ya en la edad adulta una interpretación más profunda y serena.

¿Qué significado podían tener entonces, a los ojos de una niña, la separación de sus padres y la conducta errática de un Calum capaz de transitar en poco tiempo de una euforia juvenil a un lamentable estado de postración y melancolía? De aquella estancia vacacionalen un moderno hotel a orillas de la playa, donde todas distracciones, concursos de karaoke y juegos acuáticos están cuidadosamente organizados en un plan de todo incluido (piénsese en la reciente Rímini, del austriaco Ulrich Seidel), los recuerdos de Sophie adulta sólo retendrán una rutina intrascendente. Sin embargo, la directora Charlotte Wells explora, a partir de detalles en apariencia muy nimios, toda una gama de emociones y sentimientos inexpresados que circulan entre el padre y su hija. Es evidente que Calum guarda un secreto que le atormenta, posiblemente clave en su separación con la madre de Sophie, y que a su vez explica que en un momento se separe de la hija para errar solitario por el hotel, tener algún encuentro clandestino con un empleado del lugar, y acabar desnudo, ebrio y rendido sobre la cama, mientras la niña lo arropa con el cuidado que una esposa brindaría a un marido descarriado. Son pocas las películas que exploran con sensibilidad y audacia semejantes la relación entre un padre ansioso de encontrar un último asidero emocional antes de precipitarse en una depresión completa, y una hija, particularmente precoz y avispada, capaz de volverse su cómplice sentimental aun ignorando de él casi todo, sin resentimiento ni reproches, tomándolo simplemente como un ser seductor y atractivo que, con muy poco esfuerzo, pudiera convertirse en un compañero ideal de aventuras y juegos.

Aftersun evoca el recorrido paralelo de esa vitalísima Sophie, en rápida transición hacia la adolescencia, y un taciturno Calum, aquejado por una prolongada crisis treintañera, que indolentemente anhela su propio desenlace fatal. Construida a partir de una amalgama de distintas situaciones temporales unidas por el recuerdo, donde la protagonista procura entender la crisis de identidad que vivió su padre a la misma edad que ella tiene ahora, intuyendo dos décadas después la naturaleza del secreto paterno que tanto le intrigó de niña (mismo que los espectadores habrán de deducir sólo a partir de las sutiles claves ofrecidas por la cineasta), y construyendo, a partir de la evocación de esa experiencia de infancia, un retrato más cabal y honesto del padre que inexplicablemente se alejó de ella. Este relato lleno de ambigüedades e interrogantes no resueltas, se vuelve entrañable por la venturosa conjunción de los talentos actorales del irlandés Paul Mescal y Frankie Corio, soberbia revelación infantil, cuya complicidad afectiva resulta tan singular como la de los dos protagonistas de Alicia en las ciudades (Wim Wenders, 1974). En las antípodas de tantos relatos sobre masculinidades tóxicas y relaciones familiares tormentosas, la cinta de Charlotte Wells ofrece la imagen de un Calum de intensa vulnerabilidad viril, amorosamente custodiado y protegido por la niña Sophie, esa hija que años después, en plena madurez, se da a la tarea artística y moral de ordenar sus recuerdos y ennoblecer la memoria de su padre. Aftersun, formidable ópera prima, es una de las mejores sorpresas en cartelera.

Se exhibe en Cineteca Nacional, Cine Tonalá, Cinemanía y salas de Cinemex y Cinépolis.