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Clubes de la Liga MX lo buscan para foguearse

El equipo del Ejército arrasa en la amateur Liga Mayor Femenil
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▲ Intenso entrenamiento del equipo del Ejército.Foto Afp
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▲ Las jugadoras posan con sus rangos castrenses: tenientes, cabos y soldados.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 7 de junio de 2022, p. a10

Sobre la calzada México-Tacuba se yergue un imponente edificio de estilo francés. Es el antiguo Colegio Militar, construido por orden de Porfirio Díaz en 1910 en un barrio con orígenes prehispánicos llamado Popotla. Allí, entre soldados que salen de sus dormitorios y viejos cañones de artillería que vigilan el perímetro, puede escucharse el sonido de un tren que acompaña los partidos de futbol del equipo femenil del Ejército Mexicano.

Un plantel poderoso en busca del pentacampeonato, que no está en la Liga Mx tan sólo porque nada tiene que ver con los 18 clubes de Primera División afiliados a la Federación Mexicana de Futbol (FMF); sin embargo, es requerido en su pretemporada. Acuden con la certeza de que se toparán con un adversario duro, de esos que saben defender la camiseta hasta límites insospechados.

Desde su integración, hace cuatro años, algunas ex futbolistas de la Liga Mx recalaron en sus filas y ganaron un rango castrense. A su vez, el equipo militar prestó para el Clausura 2022 a dos jugadoras, una a Pumas y otra al León, y comprobó que tiene nivel para darles batalla, como sucedió contra Cruz Azul (0-0) y Puebla (1-1) luego de su tropiezo con las universitarias (3-2).

Camino desde cero

No ha sido fácil, reconoce Carlos Gallegos, director técnico por las mañanas y profesor de licenciatura y maestría por las tardes; me tocó formar a este equipo cuando no había nada. Empecé con puras soldados, pasamos de ganar en torneos intercampus hasta conformar la selección femenil del Ejército, jugando –hasta el presente– todos los partidos en condición de local en el antiguo Colegio por cuestiones de seguridad.

Los sábados cobran un valor inestimable, porque son los días en que las jugadoras se encargan de cargar y armar las porterías, colocar las pesadas bancas a un costado de la cancha antes de hacer team back y lanzar a todo pulmón lo que llaman el exhorto: ¡Con entrega y sacrifico en la cancha jugaremos. Doblegando al enemigo, siempre unidas venceremos! Un, dos, tres: ¡Ejército Mexicano!... Y luego, a gritar sus goles.

Entre ellas hay soldados, cabos, policías militares y una teniente enfermera que porta el gafete de capitán. Las une la pasión por el futbol. Acarician sueños, algunas de llegar o retornar a la Liga Mx, otras de tener una carrera universitaria y construir un mejor futuro para sus familias, explican.

A diferencia de lo que ocurre en la Liga Mx Femenil, las militares no se preocupan por sueldos, rentas de vivienda o el uso de instalaciones deportivas para desarrollar sus actividades. Su principal tarea es concentrarse en dar el máximo es-fuerzo en cada partido.

Valor en todo terreno

Algunas de las integrantes de este equipo han acumulado experiencias que no tienen que ver con la cancha. Vivencias fruto de la carrera de las armas que también alternan, como revela este testimonio:

Esa vez sentí miedo, mucho miedo… Estuve con un grupo comisionada en Michoacán, en los municipios de Tumbiscatío y Arteaga; de forma accidental cayó en nuestras manos un radio de los malandros, podíamos escuchar sus conversaciones y nos dimos cuenta de que nos tenían vigilados, se enteraban de todos nuestros movimientos, entradas y salidas del campamento y hacían comentarios…

De acuerdo con el tabulador salarial de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), un soldado tiene derecho a 12 mil 808 pesos mensuales, mientras un cabo y un teniente reciben 13 mil 406 pesos y 21 mil 366 pesos, respectivamente. Todo depende del orden jerárquico.

La manera de ascender de grado, explica la teniente enfermera Erika Janeth Gómez, es por medio de escuelas de formación o cursos de sargentos segundos. Si alguna cuenta con licenciatura en educación física –dependiendo del tiempo que lleve en el Ejército– puede aspirar a su vez a ser subteniente. Como beneficios, las jugadoras reciben seguro médico, fondo de ahorro, despensa, adiestramiento militar conforme a sus entrenamientos, así como créditos para adquirir una casa.

Los sueldos, por el contrario, varían en Primera División, en general son más bajos, con algunas excepciones, pero no se comparan con las prestaciones que tenemos, asegura la soldado Brenda Kenysha Robledo, ex portera en Pumas y Toluca; por mi futuro y el de mi familia me conviene estar aquí, porque se respeta nuestro esfuerzo y el mando en ningún momento nos hace menos.

En el circuito profesional, en cambio, la mayoría de las jugadoras pagan renta, comida y hasta nutriólogos profesionales con ingresos en promedio de 8 mil pesos al mes. Además de eso –sostiene la soldado y ex jugadora de Cruz Azul, Daniela Contreras Oscoy– lo que hace diferente a este equipo es su identidad, lo que sentimos por nuestra bandera, por el uniforme del Ejército y el cumplimiento de nuestro deber.

Creo que podemos competir en la Liga Mx sin problema. Tenemos el plantel, la disciplina y un nivel muy fuerte para darles pelea, agrega convencida Contreras Oscoy, con semblante serio y casi en posición de firmes, mientras fija la mirada en las imponentes puertas de la Rectoría de la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea, las cuales tienen la inscripción de los tres valores indispensables dentro de la institución: honor, patriotismo y lealtad.

A unos metros de ahí, sus trofeos engalanan la denominada Sala de Historia, un museo que resguarda los logros deportivos más importantes del instituto armado. La consagración de una vida regida por la disciplina.